Pérdida política reparable

Pérdida política reparable

Ana Mato se ha merecido un buen descanso y por el bien común de los ciudadanos hay que agradecerle a Mariano Rajoy que haya decidido proporcionárselo ya, sin esperar más. Esto de las listas electorales hay que tomárselo con calma y aprender a digerir los disgustos que, los mandamases de los partidos, causan a sus seguidores más fieles e incondicionales cuando menos lo esperan. Debe de ser lo que le está pasando a doña Ana Mato que al parecer no va a figurar en las listas del PP para las próximas elecciones. Como a veces hace Vicente del Bosque en las vísperas de los partidos, Mariano Rajoy, asiduo lector del “Marca”, esta vez ha decidido no alinearla ni colocarla siquiera en el banquillo de los reservas.

En poco tiempo la señora Mato, que aportaba a la vida política nacional cualidades mágicas como encontrarse con un coche de alta gama nuevo en su garaje sin saber cómo había llegado allí, pasó de ser la ordeno y mando de la campaña a quedar descolgada de toda oportunidad de seguir sentada en el machito y… cobrando, claro. Lo lamento por ella y le deseo que el disgusto le pase pronto; conduciendo un Porche siempre es más llevadero. Por la política no lo siento tanto porque la verdad es que su ausencia del futuro Parlamento será una pérdida bastante reparable.

Ana Mato es una estrella del PP de toda la vida. Sus obras completas no he tenido oportunidad de conocerlas, pero de su trabajo al frente del ministerio de Sanidad si tengo algunas referencias. Mismamente cuando una enfermera nos dio un susto a todos por su contagio del Ebola, la ministra tuvo un papel tan estelar que como homenaje a su actuación nada mejor que olvidarlo cuanto antes. Tampoco los enfermos de hepatitis C imagino que la tendrán muy presente en sus oraciones en unos momentos en que tanto estará necesitando consuelo espiritual.

Es la política, que bien mirado no puede ser de otra forma cuando se trata de política democrática y no una competición de puñetazos encima de la mesa. Doña Ana Mato se ha merecido un buen descanso y por el bien común de los ciudadanos, hay que agradecerle a Mariano Rajoy que haya decidido proporcionárselo ya, sin esperar más. El Presidente no es rápido de reflejos, siempre se dice de él que su vocación es la de don Tancredo, pero en esta ocasión nos ha dado la sorpresa. A la señora Mato, gracias por los servicios prestados, eso sí. Faltaría más.

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