El director ejecutivo de la Agencia Europea de Control de Fronteras dice que, por lógica, un terrorista no se pone en manos de traficantes de inmigrantes. El director ejecutivo de la Agencia Europea de Control de Fronteras, Frontex, Gil Arias, descarta la posibilidad de que haya terroristas infiltrados entre los refugiados que llegan de Siria, porque “no hay indicios” para pensar en ese planteamiento del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y considera que la solución a esta crisis está “los países de origen y de tránsito”.
En una entrevista en la COPE, Gil Arias ha dicho que desconoce “sobre qué elementos hizo el ministro esas declaraciones, por tanto, no juzgaré sus palabras”, pero que con “la información de que nosotros disponemos, en principio no hay indicios para pensar que haya terroristas infiltrados entre los refugiados”.
Aunque reconoce que “es cierto que hay unos ciertos déficits de seguridad porque no se consigue identificar a todas las personas que entran por los Balcanes o las islas griegas”. Sin embargo, el responsable de Frontex cree que “un terrorista no arriesga el éxito de su misión poniéndose en manos de traficantes de inmigrantes. La lógica nos dice que los terroristas tienen otros medios de entrar en la UE sin necesidad de recurrir a las mafias”.
Para Gil Arias, “las soluciones pasan por actuaciones en los países claves en esta crisis, que son los países de origen y los países de tránsito”, aunque “sabemos lo difícil que es encontrar soluciones estables en países como Siria, Eritrea o Irak, y tampoco es fácil actuar en los países de tránsito, quizás un poquito más fácil en Turquía, que es por donde transitan la mayoría, y más dificil en Libia”.
“Tiene que ser una reacción multidisciplinar o multigeografica, si se me permite la expresión”, mantiene Gil Arias, para quien “actuar solamente desde Europa puede paliar la situación de los refugiados y de los países de la primera línea de llegada, pero no se da una solución al problema”.
Respecto a la “minicumbre” celebrada el pasado domingo, donde no estuvieron todos los Estados de la UE, “sino los más afectados por la crisis”, se alcanzaron “algunos acuerdos que podrían indicar por dónde van las soluciones, que es crear mucha más capacidad de acogida en esos países», o «un compromiso político de no enseñarles la puerta de salida para que vayan al país siguiente». Pero ahora “tienen que ser puestas en práctica, y eso puede resultar un poquito más difícil”.
Además de estos acuerdos, Gil Arias apunta que “cada país tiene que tomar sus decisiones internas”, y para justificar esa dificultad pone el ejemplo de Grecia, donde el mensaje de Tsipras en Atenas “no era el mismo que se interpretó en Bruselas”.
“Ahora cada líder político que haga una lectura uniforme o acorde con lo que se interpretó en Bruselas y que se lleven a cabo las medidas para implementarlas. Veremos si se materializa o si se le da una interpretación diferente”, se cuestionó el responsable de Frontex en los micrófonos de la Cadena COPE.
