El histórico semanario Ahora que tanta importancia adquirió antes y durante la Guerra Civil acaba de aparecer en las bancadas de prensa. Algunas veces da la impresión de que en las sociedades modernas se lee menos que antes e incluso se pronostica de manera apocalíptica que en cuestión de años desaparecerán las publicaciones en papel, incluidos los libros. Esta premonición parte de la creencia mal fundamentada de que Internet va a llevarse por delante a la lectura, al periodismo y al interés por estar informado, lo cual es falso de raíz. Los medios on line, en pleno crecimiento, tienen un gran futuro pero no acabarán con los otros medios a los que incluso van a favorecer prestándoles soportes más baratos y accesibles, ni menos aún con la lectura y las ansias de saber y estar informado.
Hay precedentes que permiten hacer esta afirmación con contundencia: a pesar de que en determinados momentos se pronosticó, la radio no acabó con la prensa y la televisión no aplastó a la radio. Casi podría decirse que al contrario: nunca la radio fue más importante en nuestras vidas ni influyente en la sociedad como actualmente. Y lo mismo puede decirse de la prensa impresa por mucho que algunos pretendan convencer de lo contrario. Los periódicos son el medio que ratifica la solidez de la información, los que desarrollan en profundidad los grandes temas de actualidad y los que lanzan y fijan criterios y opiniones que enseguida impregnan la agenda pública.
Bien es verdad que la incertidumbre que siempre generan los cambios ha hecho que la prensa en España, lo mismo que ocurre en otros países desarrollados, muestra actualmente síntomas de duda y desconcierto. La crisis económica que aún colea fue catastrófica para unos medios y unos profesionales que han tenido que sobrevivir entre los recortes presupuestarios, los cambios sociales que propicio y las dudas sembradas sobre su futuro. Pero se ha repetido algunas veces, en momentos como estos es cuando la prensa seria, rigurosa y comprometida con su función social se vuelve más necesaria.
Con estas ideas heredadas del histórico semanario Ahora que tanta importancia adquirió antes y durante la Guerra Civil acaba de aparecer en las bancadas de prensa de toda España un nuevo “Ahora”, todo un revulsivo para el periodismo, que muchos lectores siguen añorando y necesitando. Un medio de nuestro tiempo en el que combina la oferta on line con su edición en papel. El “Ahora” impreso es un semanario, de aspecto original – tamaño sábana pero funcional a la hora de ser leído – que intenta dar respuesta, y a juzgar por su primer número lo consigue, a esa necesidad y a las nuevas inquietudes que vayan surgiendo. Su slogan publicitario es “Ahora los españoles se van a enterar” y, al margen de su tono compulsivo, es un aviso al lector potencial de la intención con que se presenta.
Porque, efectivamente, leyendo “Ahora”, las personas van a tener más fácil enterarse de las cuestiones que dentro de la actualidad cotidiana les suscitan dudas, mayor interés y curiosidad, y más necesidad de profundizar en su conocimiento. No es, contra lo que pudiera imaginarse, un periódico doctrinario – no asume dogmas – ni mucho menos un órgano encubierto de ningún partido político o grupo de opinión. Es un semanario estrictamente profesional, independiente de verdad, bien escrito, atractivo ya primera vista, claramente diferente desde su propio formato a todo lo que ya existe, y con el valor añadido de que lejos del sensacionalismo que tanto tienta a menudo, su contenido está centrado en el análisis riguroso y fiable.
