Obiang desgastado

Opinión

Obiang desgastado

El poder desgasta incluso cuando se detenta. Y si no, que se lo pregunten estos días al dictador Teodoro Obiang, quien va, promueve elecciones sin testigos impertinentes, y cuando se las daba la mar de feliz, a la hora del recuento se encuentra con que su respaldo ha descendido. ¿Por qué? Siete años atrás, en unos comicios similares, su reelección obtuvo el 97,1% de los votos, lo cual no está mal. Hasta Obama lo querría para sí si no fuese que Barak Obama es un demócrata por partida doble, y rodillos semejantes como los de Obiang no los quiere para nadie. Pero este año la cosa fue diferente: se presentó, claro, una vez más, a la reelección y si los datos provisiones del escrutinio se confirman – no hay razón para pensar lo contrario – lo ha conseguido, aunque, eso sí, con menor respaldo. En esta ocasión su candidatura apenas alcanzó el 96, 7 % de los sufragios, es decir, cuatro décimas menos. ¿Qué habrá pasado para semejante descalabro político o… de seguridad? ¿Por qué unas decenas de guineanos habrán abandonado a su presidente vitalicio en un momento así? Imagino a los expertos en Malabo tratando de descubrir las causas de que Obiang no haya llegado al 97% y eso que ya se encargó su régimen de que nadie vigilase la limpieza de los comicios ni zarandajas democráticas de esa naturaleza. El Presidente debe de estar preocupado, claro. Lo ocurrido a buen seguro que no se lo esperaba con lo felices, prósperos y contentos que deberían estar sus súbditos, todos sin excepción, y no sólo el 96,7% de ellos. Hay, sí, esa es la dura realidad, un 3,3% de desagradecidos, quizás de enemigos de la Patria, que han aprovechado la libertad que se respira en Guinea Ecuatorial para dar la nota y votar por otros candidatos. Quizás no se haya percatado de que también él sufre desgaste político.

Más información