> Un ingenioso locutor de radio español, Angel Martín, a cargo del programa despertador de RNE3 (“Hoy empieza todo”) iniciaba ayer el resumen de noticias con un titular verdaderamente revelador: “Barack Obama, el premio Nobel de la paz, anuncia el envío de 30.000 soldados más a Afganistán”. La broma es divertida, pero tiene un fondo amargo y muestra perfectamente la realidad en la que se ha convertido la presidencia de este político demócrata que llegó a la Casa Blanca con los mejores auspicios y ya tiene cara de Bill Clinton. ¿Podría pasarle lo que a Jimmy Carter? Los expertos creen que no.
> Que la presidencia de Obama no suponga, en realidad, nada nuevo para un mundo en el que quizá se echen en falta algunas ideas flamantes no significa que este astuto demócrata vaya a perder el poder dentro de tres años. Se lo ha jugado todo a la imagen y sabe que con ella se puede llegar lejos y aguantar lo que haga falta. Por eso, en su plan para reflotar General Motors, por ejemplo, se lo juega todo al cambio de presidentes. Eso crea impresión de movimiento en el espectador.
