Marilyn fumaba porros

Opinión

Marilyn fumaba porros

De una lata perdida ha aparecido Marilyn en carne de celuloide. Pensábamos que ya la habíamos visto en todos los fotogramas posibles pero nos faltaba esta imagen de la artista que fuma porros y se ríe con unas amigas.

La rubia fumaba porros, ¡qué escándalo en aquella sociedad tan puritanista!, el escándalo era ver a un ángel fumando como un demonio. El tabaco es verdad que mata pero a Marilyn se la cargó la vida que es peor que la nicotina por lo que tiene de tóxica y de enganche.

Nos podemos preguntar si Marilyn fumó porros en la Casa Blanca con JFK en lo que sería el primer acto hippie en sede oficial, comparado con eso el asunto de la becaria de Clinton es de una grosería insuperable por zafio y vulgar. Ahora hace falta que aparezca esa película en la que la rubia y JFK están sentados en el suelo del despacho oval y ella le pasa el canuto a él, mientras suena el teléfono rojo con la última hora de la amenaza de los misiles soviéticos en Cuba. Es fácil recrear esa imagen en la que dos amantes se ríen del mundo con los pies descalzos y la cabeza vacía.

Si apareciera esa lata entonces entenderíamos que hasta en la Guerra Fría hubo momentos de calentarse sin dar explicaciones. Las guerras sin amantes se quedan en escenas de matadero, llamativas por la sangre pero asquerosas por el olor.

El porro de Marylin echaba un humo sugerente, no tanto porque la marihuana fuera especialmente sensual sino porque salía de su boca. Cualquier humo se convierte en aroma cuando sale de los labios de Marilyn. Luego una bala le voló a la cabeza a JFK pero antes ella, con sus porros, le había volado el corazón.

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