Pedro Sánchez ha encontrado un respiro en Andalucía a la caída libre experimentada por el PSOE, que es precisamente donde más corrupción salpica a su partido. Dos semanas después de las elecciones de Andalucía el asunto sigue generando jugosos titulares de prensa, principalmente porque el cortejo público que están practicando Susana Díaz y Podemos no termina de cuajar. Aprovechando, por tanto, que el tema sigue de actualidad y que mi jefe, cumpliendo la palabra dada, ha regresado de sus vacaciones hemos sacado el tema de por qué el PSOE sigue gobernando en el terruño del sur.
“Andalucía es un microcosmos muy singular”, ha espetado mi jefe antes de introducir una reflexión más general sobre el partido que lidera Pedro Sánchez que viene a decir que qué curioso, con un PSOE en caída libre en todas partes y va en Andalucía –donde más casos de corrupción atesora- y se consolida en plena crisis del bipartidismo.
Resumiendo: que la región más maltratada de España junto con Extremadura, y en la que según un alto cargo del PP más terreno abonado podían encontrar los nuevos partidos, ha alejado el fantasma del PASOK de la cabeza de Pedro Sánchez, que ha encontrado un balón de oxígeno de tiempo limitado pero altamente refrescante.
