El Bernabéu

Copa del Rey

El Bernabéu

Florentino Pérez administra el club como si se tratase de una propiedad privada, como el propietario caprichoso y egoísta de un cortijo. Nada parece más lógico que la final de la Copa del Rey de Fútbol se juegue en Madrid cuando los finalistas son equipos que van a disputarla de otras comunidades. Y más, cuando como en el presente, se trata de dos clubs que lo han pedido de forma clara en reconocimiento a la neutralidad del ambiente, y renunciando seguramente a la imagen política de este gesto.

Pero Florentino Pérez, el presidente del Real Madrid, cuyo liderazgo está batiendo el récord de fichajes más caros y menos trofeos, se opone a que el césped de tan importante y simbólica competición sea el del Estadio Santiago Bernabéu. ¿Por qué? Bueno, pues me imagino que por los caprichos ególatras del señor Pérez que ignora lo que es la deportividad y los principios de la ciudadanía.

El Bernabéu está en una zona de Madrid continuamente perjudicada por los partidos que juega el equipo titular del terreno y la gente lo acepta. No es verdad que los bares se beneficien gran cosa de la afluencia de aficionados y sí lo es, en cambio, que cuando hay partidos, particularmente en días laborables, la vida de los vecinos se complica y mucho y bastantes negocios sufren pérdidas considerables.

Todo por no hablar de los embotellamientos del tráfico, de la invasión de los aparcamientos en múltiples filas e incluso de incidentes que de vez cuando perturban la tranquilidad pública. En días de determinados partidos hay personas mayores que evitan salir a la calle y madres que recogen antes a sus hijos por precaución. Y el señor Pérez paga con un gesto que tanto perjudica la imagen de Madrid y la hospitalidad de los madrileños.

Pero el señor Pérez administra el club como si se tratase de una propiedad privada, como el propietario caprichoso y egoísta de un cortijo, sobre la que tiene derecho ilimitado, sin conciencia de que sólo por el lugar que ocupa en la ciudad es un bien público. Y no quiere, ¡tiene cojones! que su césped sea prostituido por una competición de la que el Real Madrid fue justamente descabalgado.

Con presidentes deportivos como Florentino Pérez, este país no necesita independentistas ni insolidarios. Personalmente sólo me acabe añadir que clubs presididos por alguien así no merecen mis simpatías. Si alguna alegría me proporciona este Real Madrid de Florentino Pérez es, triste resulta reconocerlo, cuando a pesar de sus derroches y de los buenos aficionados que le siguen, que nada de culpa tienen, cuando el equipo pierde.

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Prego estudió Ciencias Políticas e inició su carrera en 1974 en los servicios Informativos de TVE, donde trabajó hasta 1994 al frente de numerosos…