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Hipótesis

Venezuela es hoy el mundo de las hipótesis. En la situación límite en la cual se encuentra nada concreto es predecible. Venezuela es hoy el mundo de las hipótesis. En la situación límite en la cual se encuentra nada concreto es predecible. Solo la inmediata complicación de las cosas. Economía y política, las esferas decisivas, admiten diversos escenarios.

Algunos de ellos son dramáticamente lúgubres: la profundización del totalitarismo y la debacle. Otros, plenos de futuro: la posibilidad, posiblemente en un proceso complejo y por etapas, de una plena transición a la democracia y el mercado.

Venimos de una muy responsable y de alto impacto actividad de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Carabobo –tradicional ya en comienzos de año- en la cual su decano y profesores de la Escuela de Economía asumimos el planteamiento al país de los problemas, escenarios del año y propuestas de soluciones en lo económico, político y social.

El país acogió ampliamente nuestro diagnóstico expresado arriba: el país se encuentra en una situación límite. El demencial recalentamiento fiscal y monetario, el agotamiento y merma acelerada de la posición en divisas, el colapso productivo y de las importaciones y el desmadre institucional plantean la perentoria consideración de decisiones económicas y políticas.

El planteamiento, llamado “Manifiesto de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Carabobo sobre la grave situación económica de Venezuela”, permite un conjunto de hipótesis sobre la evolución del muy corto plazo.

Su consideración inicial es que “agotado el modelo económico basado en la renta petrolera y las importaciones, procedía recuperar el aparato productivo y/o aprovechar la riqueza en recursos petroleros. Pero no se hizo. (Y) El Estado enfrenta un severo problema de viabilidad”.

Para la formulación de las hipótesis plantea que “En esas condiciones resulta imposible hacer una proyección única de las variables económicas. (Porque) La condición límite señalada lo impide”. Y “En vez de ello, nos planteamos diversos escenarios”.

“En el escenario tendencial; es decir, si las cosas se siguen haciendo como hasta ahora, se profundizan los problemas -como hasta ahora- al costo del bienestar general y las libertades”. Es el escenario de “Más de lo mismo”.

En nuestra explicación a los medios dijimos que desde nuestra presentación de hace un año referimos el modo de gestión de la política económica, esquiva del enfrentamiento explícito, integral y a tiempo de los diversos problemas. Y que es un modo conveniente en lo político, pero costoso y riesgoso en lo económico.

“En el escenario optimista -es decir, si se asumen satisfactoriamente los problemas-, asoman, o un cambio dentro del Gobierno a una acción proactiva en economía, producción y mejora institucional, con atenuación de las limitaciones actuales; o un quiebre en lo político y/o lo económico, para un punto de inflexión y una transición integral. Este último escenario ha sido objeto de analistas en los últimos días”. Es el escenario de “Promesa de cambio”. Más adelante abundaremos.

“En el escenario pesimista -es decir, si hay más errores de la gestión económica (y política)-, el país se deteriorará notablemente (por ejemplo, con hiperinflación abierta, cierres de empresas, mayor desabastecimento, etc.); o la confrontación entre bloques de poder del gobierno hará surgir costos diversos en lo económico, lo social y lo político. Medidas extremas de contingencia política son posibles en este sub-escenario (ej: limitaciones al uso de depósitos bancarios, uso de la violencia legítima, etc.)”. Es el escenario de “El futuro inmediato no deseado”.

Ese momento del Manifiesto planteaba –habría que decir: exigía- que “de toda evidencia, apostamos a una recuperación de la economía nacional, que no es solo una recuperación del mercado petrolero, lo cual solo resulta posible en el segundo semestre, sino también, y en primer lugar, a la toma de decisiones gubernamentales apropiadas”.

Pues bien, el país está lleno de hipótesis “transicionales”. La inculta opinión política nacional insiste en su error de llamar transición cualquier cambio, aun dentro del sistema. Hay que decir que sí están planteados cambios lampedusianos, con la específica conformación del statu quo actual.

Pero, también, se esbozan complejas y dinámicas situaciones de cambio, que nos exigen una muy afinada capacidad de análisis y comprensión, porque podrían ser, con sus complicaciones y riesgos, los procesos desencadenantes de una promisoria transición a la democracia y el mercado.

¿Qué pasará? Lo que los venezolanos hagamos que pase, “con la ayuda que ustedes me den”, como decían los Beatles. ¿Qué en concreto? Préstenme una bola de cristal y se los digo. La Venezuela actual no es predecible.

* Santiago José Guevara García
(Valencia, Venezuela)
sjguevaragarcia@gmail.com / @SJGuevaraG1

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Hipótesis

Santiago José Guevara García*

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