Algo parece indicar que los obispos pasan al contraataque, y no sólo porque monseñor Martínez Camino envíe a la hoguera a los políticos que estén a favor de la reforma de la Ley del Aborto, sino porque en las calles de Madrid cogieron fuerza en una manifestación convocada a tal fin.
Que la Conferencia Episcopal defienda sus ideas es necesario y comprensible, pero no se entiende que los curas quieran interferir en la vida pública con tanta presión. Puede que los monseñores se sientan amparados por un empuje que les lleve a entrar en política formando parte de un partido confesional, de derechas por supuesto, y bisagra para futuras formaciones de Gobierno.
De seguir por el camino del anatema los obispos pueden redactar unas listas enormes de diputados que amparan la reforma de la Ley del Aborto, algunos dentro del PP, y de señorías que se han divorciado o que viven en el pecado de una convivencia tan ilegal como secreta. Es más, si ponen un control de «cristolemia» en las puertas del Congreso, no hay diputado que salga indemne de las muestras tomadas por curas con sotana ayudados de monaguillos con cara de querubín y padres de los del barrio de Salamanca, «de toda la vida».
El principal afectado va a ser José Bono que se va a encontrar entre dos frentes: el de su partido y el de la Iglesia. Y, Bono, nunca ha renunciado a nada, ni a Dios, ni al diablo, pero esta vez le van a exigir voto de fidelidad. Ya llegará el momento en el que exijan voto de castidad también.
Montar una exposición que realmente marque la diferencia es una tarea que mezcla ingenio y…
El debate sobre vivienda y seguridad ha dominado la conversación en 2025, pero el cuadro…
La jornada que debía ser un paseo triunfal por el centro se convirtió en una…
La 90ª edición de la Vuelta cerró este domingo con un hecho inédito. Las protestas…
La Vuelta se presenta como un evento neutral, pero en realidad refleja las contradicciones del…
La jornada, que debía ser un desfile festivo por las calles de la capital, ha…