El pasado 25 de mayo los partidos contrarios a la Troika y a los recortes -de múltiples colores y posturas- ganaron un terreno que nunca antes habían tenido. Jean-Claude Juncker aprovechó para anunciar ayer, al tiempo que era ratificado por el Parlamento Europeo como nuevo presidente de la Comisión, que Bruselas invertirá en los próximos tres años 300.000 millones de euros destinados, fundamentalmente, a impulsar la creación de empleo y las infraestructuras. Este anuncio llega unas semanas después de que Mario Draghi anunciase que el Banco Central Europeo iba a dar a la banca 400.000 millones de euros para que prestasen a empresas y familias.
Mi jefe opina que el origen de todo este dinero prometido se encuentra en las elecciones europeas. El pasado 25 de mayo los partidos contrarios a la Troika y a los recortes -de múltiples colores y posturas- ganaron un terreno que nunca antes habían tenido. Y eso, probablemente, ha puesto nervioso al ‘establishment’ político que, entre otros, representan Draghi y Juncker. Han entendido, finalmente, que hay que atender a los ciudadanos, y no sólo a los mercados.
De todos modos, mi jefe anima a mostrarse cautos. De momento se han hecho anuncios. Anuncios que marcan un nuevo horizonte, pero anuncios a fin de cuentas. Y, como siempre, habrá que ver en qué terminan quedando.
