Está claro que para muchas personas su matrimonio es peor que una condena, y si no que se lo pregunten al siciliano que dijo preferir la cárcel a volver con su mujer. Al parecer, y según informaron los medios italianos, Santo Gambino, de 30 años, pasó un tiempo en la cárcel por arrojar desechos peligrosos antes de que cambiaran su pena por un arresto domiciliario, en su casa de Villabate, en las afueras de Palermo, la capital siciliana. Sin embargo, al poco de estar en su hogar, Gambino se dirigió a la comisaría y pidió ser encarcelado nuevamente para evitar las peleas con su cónyuge, que le acusa de no pagar el mantenimiento de sus dos hijos. La policía le dijo que de eso nada, le acusó de violar las condiciones de su sentencia y le obligó a volver a su casa y solucionar las cosas con su esposa.
Y si este hombre italiano prefiere el ‘trullo’ a su parienta, una señora australiana decidió divorciarse cuando su marido le exigió que eligiera entre él y su cocodrilo. No quiso desprenderse del reptil porque “es como un hijo” para ella. Y es que Vicki Lowing ha cuidado a su amado cocodrilo, que se llama Johnie, durante trece años y ha criado juntos al bicho y a su hijo Andrew que es sólo 18 meses menor que su ‘hermano humano’. La mujer pasea al cocodrilo alrededor de la casa y hasta lo deja dormir en la cama de su hijo, mientras el niño está acostado, lo que acabó con la paciencia de su marido Greg, que le pidió que se desprendiera de la ‘mascota’. Ella no accedió y se divorciaron.
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