El peso del amor

Amor

El peso del amor

Diego Carcedo, periodista y escritor

Hace un tiempo una pareja de tortolitos se juró amor eterno – o sea hasta que otra u otro les separe – en medio del puente y para precintar su promesa colocaron un candado de metal cerrado en la barandilla. Y arrojaron la llave al rio, claro. Somos lentos de reflejos. Ahora, a estas alturas, se descubre que el amor, que al comienzo es maravilloso, cuando empieza diluirse en los años se vuelve pesado como una losa. O como unas toneladas de candados como los que estos días han hecho tambalearse en el vacío la barandilla del Pont des Arts, en mismo centro de París.

Hace un tiempo una pareja de tortolitos se juró amor eterno – o sea hasta que otra u otro les separe – en medio del puente y para precintar su promesa colocaron un candado de metal cerrado en la barandilla. Y arrojaron la llave al rio, claro. El ejemplo enseguida cundió y, para general satisfacción de promotores de visitas turísticas, que la convirtieron en competencia con la Torre Eiffel, y fabricantes de candados, aquello pronto se convirtió en un verdadero museo a las promesas de amor eterno.

La moda incluso se extendió a otros países y puentes, como en Dublín, hasta que, como todo lo excesivo, se hundió, y nunca mejor dicho, por el lugar más flojo. Por la barandilla y por el peso acumulado, toneladas y toneladas de candados, tras los cuales están millares y millares de promesas, besos y achuchones, muchos de los cuales, para qué engañarnos en la cursilería, a estas horas ya deben de haberse transformado en reyertas, divorcios y demás problemas conyugales.

El amor, ya se sabe, tiene principio pero no siempre final feliz. Durante muchos años hemos visto a Antonio Banderas, él vestido de nazareno, y Melanie Griffith procesionar de la mano por Sevilla, pero incluso aquel amor de apariencia eterna ha ejercido su fecha de caducidad. Ignoro si pusieron algún candado en algún puente, pero si consta que se tatuaron nombres y recuerdos en los brazos, si es que no también en otras partes del cuerpo más íntimas, y ahora tendrán que borrarlos. El amor, efectivamente, es eterno hasta que dura pero pesado como el plomo cuando se agota.

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Prego estudió Ciencias Políticas e inició su carrera en 1974 en los servicios Informativos de TVE, donde trabajó hasta 1994 al frente de numerosos…