Las empresas en España, desde scale-ups tecnológicas hasta grandes corporaciones, comparten un mismo reto: crecer con rapidez sin que sus infraestructuras se conviertan en un freno. El mercado inmobiliario tradicional, con contratos largos y costes ocultos, suele chocar con la necesidad de flexibilidad, lo que obliga a directivos y equipos de operaciones a destinar recursos valiosos a gestionar un aspecto que no forma parte del core del negocio: la oficina.
El modelo tradicional se queda corto
En ciudades como Madrid o Málaga, muchas organizaciones se encuentran con los mismos obstáculos:
- Contratos de alquiler rígidos y poco adaptables.
- Sobrecostes derivados de equipamiento, mantenimiento o servicios básicos.
- Tiempos de instalación que ralentizan la puesta en marcha de nuevos proyectos.
En un entorno donde la velocidad es diferencial, estos elementos se convierten en lastres.
La respuesta: oficinas gestionadas
Aquí es donde surge el modelo de oficinas gestionadas, que no solo pone a disposición un espacio, sino que se encarga de toda la operativa asociada: desde la instalación tecnológica hasta los servicios diarios. Esto convierte la oficina en un activo estratégico, en lugar de una carga administrativa.
OneNext como caso de referencia
En España, OneNext representa una de las propuestas más consolidadas en este ámbito. Con sedes en Madrid y Málaga, la compañía ha creado oficinas gestionadas para organizaciones como Vodafone, que buscaban precisamente espacios listos para crecer sin desviar recursos internos.
Lo diferencial de este modelo no es solo la flexibilidad contractual, sino la visión integral: facturación unificada, tecnología de vanguardia, servicios incluidos y un diseño que puede adaptarse a los cambios en la estructura o tamaño de la empresa.
Un ecosistema que acompaña
Además de simplificar la operativa, estas oficinas permiten integrarse en ecosistemas empresariales dinámicos, algo especialmente relevante en sectores como la tecnología, la comunicación o la innovación.
De gasto fijo a inversión estratégica
La lógica cambia: ya no se trata de “cuántos metros cuadrados alquilar”, sino de cómo convertir el espacio de trabajo en un motor de productividad y cohesión cultural. En este terreno, el modelo de oficinas gestionadas como el de OneNext demuestra que puede ser tanto un ahorro tangible como una herramienta para atraer talento y reforzar la identidad corporativa.










