Muy en serio la apuesta de Meliá por Cuba

Cuba

Muy en serio la apuesta de Meliá por Cuba

Hoy por hoy, disponen de casi 40 instalaciones ubicadas en los mejores sitios de la geografía insular.

Hotel Meliá Habana

El gran mérito de Melia Hotels Cuba es, a mi juicio, el arribo en el momento más oportuno hace más de treinta años y el haber reconstruido y formado una cultura en la hostelería ya perdida cuando el turismo dejó de estar en la mira de las autoridades.

Hoy por hoy, disponen de casi 40 instalaciones ubicadas en los mejores sitios de la geografía insular.

De rezagada la industria en cuestión, de cabús de la locomotora azucarera, la tripulación mixta cubano-hispana está jugando un rol de primer orden en el despegue de la economía insular a pesar de los vaivenes del mercado y esta pandemia con efectos negativos en medio mundo.

Los directivos de Meliá en la isla han debido sortear múltiples contratiempos salvables casi todos gracias a ese nexo, esa química, que para algunos políticos y no empresarios es como una relación amor-odio en la más diversas tendencias de derecha, izquierda o de costado, para convertirse en punteros y al mismo tiempo envidiados por quienes le han seguido los pasos.

Cuando la pandemia se resiste a abandonarnos o al menos dejarnos trabajar, el cinco estrellas Meliá Cayo Coco, siguiendo otros similares radicados en ese sitio que ya lo han hecho con turistas canadienses recién llegados, al norte de la provincia central de Ciego de Ávila, ya reúne todas las exigencias locales e internacionales para la seguridad de sus huéspedes y trabajadores.

En Cuba, donde suele perderse todo o casi todo en los últimos quinquenios por varias razones que no vienen al caso, donde está en falta desde un pedazo de pollo, el papel sanitario, la pasta dental, el aceite, tal medicamento o cualquier cosa de utilidad y supervivencia, lo único que no se nos ha extraviado es la esperanza de mejores tiempos. Tal vez Meliá Hotels piense igual y de ahí su apuesta contra viento y marea, que si el futuro no pintara tan ‘luminoso”, al menos llegaría soleado para pasarlo en las mejores playas de este universo con una probada y reconocida atención de primera clase.

Su más cercana propuesta al mercado no ha sido otra que la del hotel Meliá Trinidad Península, enclavado en la colonial ciudad del mismo nombre, tercera villa fundada por españoles y que goza de gran aceptación internacional. Pocos sitios como este tienen el privilegio de agrupar valores arquitectónicos, historia, playa y montañismo.

Eso ha sabido cosechar el grupo en la isla, la excelencia.

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