Cuando los apostadores se refugian en el tenis de mesa

Tenis de mesa

Cuando los apostadores se refugian en el tenis de mesa

"Imaginar que el tenis de mesa sería el producto más consumido un sábado por la tarde sería algo calificado de insensato hace algunas semanas".

Tenis de mesa
El auge del ping pong, nuevo objetivo de los apostadores, es una de las consecuencias inesperadas de la pandemia del coronavirus, que empujó a las casas de apuestas, despojadas del tenis o del fútbol, a girarse hacia la pequeña bola blanca que da botes en una mesa. "Imaginar que el tenis de mesa sería el producto más consumido un sábado por la tarde sería algo calificado de insensato hace algunas semanas", afirma divertido Matt Fowler, director del servicio encargado de vigilar el respeto de la reglamentación en este campo en el seno de la Asociación Internacional para la Integridad de las Apuestas (IBIA). A falta de carreras de caballos, de grandes campeonatos de fútbol y de torneos de tenis, paralizados por la pandemia, los apostadores han buscado otras direcciones. Y el ping pong ha sabido aprovechar la oportunidad para encontrar un nuevo público, con torneos que continúan teniendo lugar en Europa del Este, sobre todo en Rusia. "Se ha hecho con una buena parte del mercado", estima Keith O'Loughlin, alto responsable de SG Digital, que suministra contenidos y servicios comerciales a los sitios de apuestas en línea. "Salvando las distancias, sustituye al tenis". "Las apuestas más importantes en tenis son sobre 'quién va a ganar el próximo punto'. Y es lo mismo en tenis de mesa. Con el aumento de apuestas en directo a través del mundo, la gente quiere un resultado inmediato", explica. Moda pasajera Pero hace falta tiempo para familiarizarse con los reyes del ping pong. La sociedad italiana de apuestas Snaitech "lanzó un 'talk show' diario" en una de sus radios en línea, dedicado "al tenis de mesa y a los campeonatos (de fútbol) de Nicaragua y Bielorrusia", para ayudar a sus clientes "a seguir estos nuevos mercados", explica su presidente, Fabio Schivaolin. La compañía estadounidense DraftKings "realizó una clase para explicar cómo funciona el tenis de mesa, ya que muchos apostadores del tenis se lanzaron a esta nueva vía", indica Jamie Shea, directora de su departamento de datos deportivas. William Woodhams, presidente de la casa de apuestas británica Fitzdares, señala a la AFP que el ping pong y los otros mercados aparecidos "están lejos de compensar las pérdidas ligadas al deporte de gran público", sobre todo porque las sumas apostadas no son comparables. "No puedes apostar grandes sumas en equipos en los que no conoces a ningún jugador", explica. La reanudación de las grandes competiciones, con el regreso la próxima semana de la Bundesliga en Alemania, podría poner fin a este flirteo pasajero de los apostadores con deportes o campeonatos menos mediáticos. "Regresarán al lugar en el que estaban", pronostica Jason Scott, de la sociedad estadounidense Roar Digital.

El auge del ping pong, nuevo objetivo de los apostadores, es una de las consecuencias inesperadas de la pandemia del coronavirus, que empujó a las casas de apuestas, despojadas del tenis o del fútbol, a girarse hacia la pequeña bola blanca que da botes en una mesa.

«Imaginar que el tenis de mesa sería el producto más consumido un sábado por la tarde sería algo calificado de insensato hace algunas semanas», afirma divertido Matt Fowler, director del servicio encargado de vigilar el respeto de la reglamentación en este campo en el seno de la Asociación Internacional para la Integridad de las Apuestas (IBIA).

A falta de carreras de caballos, de grandes campeonatos de fútbol y de torneos de tenis, paralizados por la pandemia, los apostadores han buscado otras direcciones.

Y el ping pong ha sabido aprovechar la oportunidad para encontrar un nuevo público, con torneos que continúan teniendo lugar en Europa del Este, sobre todo en Rusia.

«Se ha hecho con una buena parte del mercado», estima Keith O’Loughlin, alto responsable de SG Digital, que suministra contenidos y servicios comerciales a los sitios de apuestas en línea. «Salvando las distancias, sustituye al tenis».

«Las apuestas más importantes en tenis son sobre ‘quién va a ganar el próximo punto’. Y es lo mismo en tenis de mesa. Con el aumento de apuestas en directo a través del mundo, la gente quiere un resultado inmediato», explica.

Moda pasajera

Pero hace falta tiempo para familiarizarse con los reyes del ping pong.

La sociedad italiana de apuestas Snaitech «lanzó un ‘talk show’ diario» en una de sus radios en línea, dedicado «al tenis de mesa y a los campeonatos (de fútbol) de Nicaragua y Bielorrusia», para ayudar a sus clientes «a seguir estos nuevos mercados», explica su presidente, Fabio Schivaolin.

La compañía estadounidense DraftKings «realizó una clase para explicar cómo funciona el tenis de mesa, ya que muchos apostadores del tenis se lanzaron a esta nueva vía», indica Jamie Shea, directora de su departamento de datos deportivas.

William Woodhams, presidente de la casa de apuestas británica Fitzdares, señala a la AFP que el ping pong y los otros mercados aparecidos «están lejos de compensar las pérdidas ligadas al deporte de gran público», sobre todo porque las sumas apostadas no son comparables.

«No puedes apostar grandes sumas en equipos en los que no conoces a ningún jugador», explica.

La reanudación de las grandes competiciones, con el regreso la próxima semana de la Bundesliga en Alemania, podría poner fin a este flirteo pasajero de los apostadores con deportes o campeonatos menos mediáticos.

«Regresarán al lugar en el que estaban», pronostica Jason Scott, de la sociedad estadounidense Roar Digital.

Más información

Posteriormente, el jefe del Ejecutivo hará una declaración en un Puesto de Mando Avanzado. Asimismo, han avanzado fuentes del Gobierno, a lo largo de…
Será la primera visita a la Casa Blanca del mandatario ucraniano desde el fallido encuentro de finales de febrero, cuando Trump y Zelenski mantuvieron…
La guerra en Ucrania cumple ya 1.269 días y el esperado cara a cara entre Donald Trump y Vladímir Putin ha terminado sin compromisos…