Las autoridades empiezan a tomarse en serio las amenazas de la nueva deuda basura

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Las autoridades empiezan a tomarse en serio las amenazas de la nueva deuda basura

Japón da un primer paso para obligar que los gestores que ‘empaquetan’ los préstamos apalancados retengan parte del riesgo.

Bola del mundo hundiéndose

Han pasado poco más de diez años desde el estallido de la crisis financiera, pero las viejas prácticas que llevaron a una situación insostenible a los mercados de todo el mundo comienzan a repetirse. Si entonces fueron las hipotecas subprime, el nuevo foco de preocupación parece estar centrado en los préstamos apalancados, debidamente titulizados a través de instrumentos con un nombre que recuerda a las peores épocas: ‘Collateralized Loan Obligation’ o CLO.

Este instrumento ha comenzado a despertar las inquietudes de las autoridades mundiales, que empiezan a ponerse serias. Ayer mismo, el presidente de la Reserva Federal de Dallas, Robert Kaplan, avisaba de que los reguladores del gobierno deben estar atentos al nivel, crecimiento y calidad crediticia de la deuda corporativa. A su juicio, uno de los principales problemas es que estos reguladores todavía no tienen una comprensión completa del mercado de deuda no financiera, en el que participan hedge funds, compañías de seguros o fondos de pensiones.

“Es difícil obtener información precisa sobre el tamaño de este mercado”, aunque se estima que ahora supera varios cientos de miles de millones de dólares, ha avisado Kaplan, que apunta directamente a los préstamos apalancados, aquellos en los que una empresa se endeuda para financiar una operación, normalmente de inversión. Al aumentar el capital invertido mediante el crédito, la rentabilidad de esta operación puede multiplicarse, pero al mismo tiempo se asume un riesgo mucho mayor si las cosas no salen como se esperaba.

Los préstamos apalancados, agrupados el CLO, se ha duplicado en tamaño en la última década. “Se estima que la calidad de los préstamos y créditos de CLO es algo menor que hace diez años”, ha avisado el presidente de la Reserva Federal de Dallas.

Las advertencias de EEUU llegan sólo unos días después de que se conociese que al otro lado del Pacífico, la Agencia Japonesa de Servicios Financieros (JFSA) propone introducir una ‘retención del riesgo’ como parte de las reglas de capital regulatorio para algunos inversores que buscan invertir en titulizaciones. Se estima, en concreto, que los bancos japoneses representan alrededor del 10% del mercado mundial de CLO, que según estimaciones del Banco de Inglaterra, alcanza ya los 750.000 millones de dólares.

El supervisor japonés ha exigido que “las instituciones financieras que poseen productos titulizados gestionen adecuadamente los riesgos de dichos productos, incluyendo la comprobación de si el originador ha retenido algún riesgo”, ha reconocido la JFSA a la agencia Reuters. “Como resultado de una reciente enmienda a la guía (aviso regulatorio), planeamos introducir un nuevo estándar cuantitativo por el cual las instituciones financieras deben verificar si el originador [de la titulización] tiene el 5% o más del riesgo”.

A aquellos productos titulizados que no cumplan con este estándar se les asignará, en principio, una triple ponderación de riesgo en el cálculo del coeficiente de solvencia de la institución financiera. La norma podría entrar en vigor el 31 de marzo.

Las reglas de retención no son nuevas en los mercados de deuda, después de que la crisis financiera llevase a autoridades de todo el mundo, incluyendo las europeas y las estadounidenses, a obligar a los gestores a asumir parte del riesgo. En el caso estadounidense, por ejemplo, se introdujeron dentro de Dodd-Frank y entraron en vigor en 2016, pero el año pasado se anularon en el caso de las CLO después de que el Tribunal de Apelaciones diese la razón a la asociación de Sindicación de Préstamos y Comercio (LSTA por sus siglas en inglés).

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