La clase obrera no votó a VOX: su caladero fueron los barrios ricos de España

La clase obrera no votó a VOX: su caladero fueron los barrios ricos de España

El partido de extrema derecha triplicó sus resultados en zonas con alta renta per cápita.

Santiago Abascal, presidente de VOX.

El acto multitudinario celebrado el pasado domingo en la plaza madrileña de Vistalegre ha disparado el protagonismo de VOX en los principales medios de comunicación. Todos los análisis coinciden en que la irrupción de la extrema derecha condicionará (aún más) el discurso político de PP y Ciudadanos, que en los últimos meses ya han mostrado gestos de desinhibición ideológica ante el auge de esta corriente.

El partido liderado por Santiago Abascal se presenta a los votantes como una formación outsider, políticamente incorrecta y anti establishment. Difícil tarea cuando tanto PP como Ciudadanos, los principales garantes del establishment, muestran cierta simpatía (‘el abrazo del oso’) hacia el partido de Abascal.

En ese sentido, uno de los grandes objetivos de VOX para la campaña electoral es romper cualquier lazo político (no ideológico) con Pablo Casado y Albert Rivera. Para ello, el líder del partido de extrema derecha pretende seducir a la clase trabajadora derrotada – y humillada – por la globalización con discursos excluyentes ya vistos en Francia o Estados Unidos. Una estrategia que, dicho sea, ya emprendió el nuevo presidente del PP cuando fue elegido.

“Los trabajadores ya os han calado”, asegura Santiago Abascal. Sin embargo, los hechos no siempre justifican las palabras. En los resultados de las últimas elecciones generales de 2016, donde solo obtuvo el 0,2%, VOX recibió el doble de votos en los municipios y barrios ricos que en las zonas donde reside la clase trabajadora.

El mejor ejemplo de que VOX fue apoyado mayoritariamente por las clases altas se constata cuando se analiza el resultado electoral que tuvo en los cuatro municipios más ricos de España y en los cuatro municipios más pobres.

En Pozuelo de Alarcón, Majadahonda, Boadilla del Monte y Las Rozas, los cuatro pueblos más ricos de España, obtuvo el 0,70% de los votos de media. En los más pobres (Níjar, Vícar, Alhaurín el Grande, Barbate y Los Palacios), la media de VOX cayó al 0,22%.

Madrid, Sevilla, Valencia, Zaragoza y Bilbao

Esta lógica se trasladó a todas las grandes ciudades del país. En Madrid, por ejemplo, en los barrios con rentas bajas (Usera, Carabanchel, Vallecas y Villaverde) recibió el apoyo del 0,30% de media. En las zonas ricas (Salamanca, Retiro, Moncloa y Fuencarral) esos votos se duplicaron por encima del 0,60%.

En la Comunidad de Madrid sucedió algo similar. Mientras que en Pozuelo de Alarcón, Las Rozas y Majadahonda rondó el 0,70%, en Getafe, Fuenlabrada y Leganés el apoyo a VOX apenas superó el 0,30%.

El CIS indica que el partido de Santiago Abascal obtendrá cerca de medio millón de votos. Una estimación del 1,4% que le pone a las puertas del Parlamento Europeo y del Congreso de los Diputados. Sin embargo, la Ley D’Hont camina en su contra de cara a obtener representación en la Cámara Baja. VOX es un partido cuyos votantes – varones de entre 40 y 60 años – residen principalmente en la Comunidad de Madrid.

Esa circunstancia no es óbice para que en el resto de la península se repitiera la lógica de barrio rico igual a más votos a favor VOX. En Sevilla, Valencia, Zaragoza o Bilbao, la fórmula se repitió.

El Barrio de la Palmera (Sevilla) triplicó el voto de Torreblanca a favor de la extrema derecha. Algo similar a lo que ocurrió en Valencia, donde VOX obtuvo el 0,69% de los votos en Ciutat Vella y el 0,25% en los Poblados Marítims. En el céntrico barrio de Abando (Bilbao), la extrema derecha recibió el 0,19% de los votos. En el extrarradio (Otxarkoaga), ese apoyo cayó en casi un 100% al 0,11%.

En Zaragoza, el barrio pudiente del centro ofreció un 0,47% a VOX mientras que la zona de rentas bajas de San José apenas superó el 0,24%. La mitad de votos.

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