La sangre finalmente no ha llegado al río en la amenaza de guerra comercial entre EEUU y China, después de que Washington haya decidido dejar en suspenso sus planes para imponer aranceles de hasta 150.000 millones de dólares a importaciones chinas. “Estamos paralizando la guerra comercial”, señaló el secretario del Tesoro de EEUU, Steven Mnuchin, en una entrevista televisiva el domingo.
La declaración del hombre clave de Donald Trump en las negociaciones comerciales se produjo después de que el sábado EEUU y China hicieran una declaración conjunta en la que Beijing prometió “aumentar significativamente” sus importaciones de productos agrícolas y de energía estadounidense. Ambas partes se han emplazado para seguir hablando durante el verano.
No obstante, los negociadores chinos se han resistido a las presiones de la Administración Trump de que China se comprometa a unas compras de 200.000 millones de dólares. Según publica Financial Times, algunas voces críticas en EEUU también han mostrado su preocupación de que el objetivo final sea reducir el déficit comercial anual de 337.000 millones de dólares que EEUU tiene con China en vez de abordar cuestiones clave de la economía asiática, como los subsidios de Beijing a ciertos sectores y el robo de propiedad intelectual estadounidense.
Mnuchin insistió ayer domingo en que los compromisos chinos para abordar estos temas eran parte del acuerdo más amplio y advirtió de que el presidente Trump sería libre de imponer aranceles si Beijing no cumple con sus compromisos. Las dos partes han logrado un “progreso significativo”. “Hemos acordado dejar los aranceles en suspenso mientras tratamos de ejecutar el marco”, apuntó.
