La automatización amenaza con destruir uno de cada cinco empleos en España

1 de Mayo

La automatización amenaza con destruir uno de cada cinco empleos en España

La OCDE preve que otro 32% de los trabajos experimentarán grandes cambios por la influencia de las nuevas tecnologías y la robótica.

Trabajo trabajador

Alrededor del 14% de los empleos en todos los países de la OCDE tienen grandes probabilidades de ser automatizados, y otro 32% de empleos sufrirán cambios sustanciales por la influencia de la tecnología y la robótica.

En España, el porcentaje de empleos listos para escapar de manos humanas asciende al 20%, es decir, la tecnología puede destruir uno de cada cinco empleos.

El riesgo de automatización de trareas en España es el tercero más alto de toda la OCDE.

Así lo constata un estudio sobre robótica e inteligencia artificial aplicado al mundo laboral, que analiza a 32 de los 34 países que conforman el grupo de los estados más desarrollados del planeta. “Ciertos empleos pueden convertirse en redundantes, aunque el grado de automatización dependerá de las políticas, las instituciones y las preferencias sociales”, considera el análisis.

Recuerda que existe un importante debate público sobre el grado de destrucción de empleo y si la automatización y digitalización están conduciéndonos a un desempleo tecnológico masivo, con muchas tareas en manos de ordenadores y robots. “Todo ello impulsado por la percepción de que el cambio tecnológico avanza a un mayor ritmo y a mayor escala que en el pasado, automatizando muchos más empleos de los que en principio se habían estimado”.

Más allá del empleo con riesgo de desaparecer entre robots y ordenadores, el estudio encuentra que la automatización afectará principalmente a las industrias manufactureras y a la agricultura. Pero también subraya que ciertos empleos del sector servicios son “altamente automatizables”.

Como cabría esperar, los mayores riesgos se concentran en los trabajos rutinarios de menor cualificación y a menudo correspondientes a salarios bajos, mientras que hay bajo riesgo de sustitución para una amplia franja de profesionales y trabajadores sociales.

Teniendo en cuenta que en la mayoría de países estudiados los empleados con más riesgo de sustitución por tecnología tienen sueldos más bajos, el riesgo de automatización incidirá sobre personas que ya sufren una posición vulnerable en el mercado laboral, “y esto puede empeorar con los avances de la tecnología”, alerta la OCDE.

“La inteligencia artificial amenaza a los trabajos de baja cualificación a un mayor nivel que en olas tecnológicas previas”, explica la OCDE. La excepción a esta tendencia son ciertos tipos de empleos de baja cualificación relacionados con el cuidado y la asistencia de otras personas. “Los trabajos más amenazados son de bajo nivel formativo, como asistentes de cocina, limpiadores, ayudantes, trabajadores de minería, construcción, manufacturas y transportes”.

Al otro lado, las ocupaciones más alejadas del riesgo son las que requieren formación profesional y educación superior, desde la enseñanza a la dirección pasando por los profesionales de la salud.

En este sentido, los más perjudicados serán colectivos con problemas de acceso al mercado laboral, como los jóvenes y estudiantes, que ocupan categorías más bajas que otros trabajadores del mismo sector.

Otro hallazgo es que la formación no se está usando para mitigar los riesgos de destrucción de empleo: la OCDE encuentra que la participación en procesos formativos es mucho menor entre aquellos trabajadores con mayor riesgo de ser sustituidos por la tecnología.

No obstante, el análisis apunta que todas estas estimaciones son sólo posibilidades técnicas con muchas otras implicaciones que pueden frenar o incidir en la destrucción de empleo: penetración tecnológica en cada país, la relación entre el coste laboral humano respecto a las nuevas tecnologías o las preferencias sociales sobre automatizar o no ciertas tareas.

También recuerda que cuando el progreso convierte en redundantes ciertos trabajos, normalmente surgen otras tareas complementarias, por lo que también recomienda concebir a la tecnología como fuente de progreso laboral asociada a políticas de educación y de redistribución.

Más información