Manifestación 'No kings' contra Donald Trump en Nueva York, EEUU. (Foto: Europa Press)
La polarización política en Estados Unidos ha quedado evidenciada este sábado con la confluencia de dos eventos de gran calado: por un lado, las protestas masivas en más de 2.000 ciudades y, por otro, un desfile militar impulsado por Trump que recuerda a demostraciones de fuerza típicas de regímenes autoritarios, según denuncian sus críticos.
La jornada ha estado marcada por marchas pacíficas y actos de protesta organizados por una coalición de sindicatos, activistas y organizaciones de derechos civiles, que acusan al presidente de actuar con arbitrariedad, especialmente tras las redadas migratorias en Los Ángeles.
En ciudades como Seattle, Nueva York, San Francisco o Filadelfia, miles de personas han salido a la calle con pancartas, cánticos y discursos en defensa de los derechos civiles y la democracia. En Seattle, más de 70.000 personas se congregaron sin que se registraran incidentes graves, según fuentes policiales.
La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, definió las manifestaciones como una oportunidad para mostrar «lo mejor» de Estados Unidos, en contraste con lo que considera provocaciones del presidente.
En Los Ángeles, la situación ha sido más tensa. El despliegue de Marines por orden de Trump para respaldar las redadas migratorias ha generado rechazo en las comunidades locales. La protesta en esta ciudad fue dispersada por la policía con balas de pimienta y explosivos aturdidores, tras algunos enfrentamientos con manifestantes que lanzaban objetos y fuegos artificiales.
Estos episodios han avivado el debate sobre el uso de fuerzas militares en suelo nacional, algo que preocupa a analistas y defensores de los derechos constitucionales
La jornada no estuvo exenta de tragedia. En Minnesota, dos legisladores demócratas fueron víctimas de un ataque a tiros durante un acto vinculado al movimiento No Kings. Uno de ellos falleció, lo que obligó a suspender todas las actividades programadas en ese estado.
Mientras tanto, en la capital, Trump celebró un desfile militar con 7.000 soldados y más de 100 vehículos para conmemorar el 250º aniversario del Ejército estadounidense. El evento, realizado el mismo día de su 79 cumpleaños, ha sido interpretado como un gesto de poder ante el creciente descontento popular.
“América se mantiene fuerte, orgullosa y libre”, declaró Trump ante una multitud de seguidores, insistiendo en que el país está “a punto de ser más grande que nunca”
El presidente justificó el desfile afirmando que “otras naciones celebran sus logros militares” y recordó que ya intentó organizar uno similar durante su primer mandato, pero fue cancelado por razones económicas.
La doble imagen de la jornada —protestas ciudadanas en todo el país y un desfile militar al estilo de las grandes potencias autoritarias— refleja la profunda división política y social que vive EEUU bajo la presidencia de Trump. La oposición lo acusa de erosionar las instituciones democráticas, mientras que sus seguidores lo ven como un líder fuerte que celebra el patriotismo y la grandeza del país.
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