La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible nació con la ambiciosa meta de promover un progreso inclusivo y equilibrado a escala global.
Sin embargo, a siete años de cumplirse el plazo, un análisis realizado por expertos de instituciones de Argentina, Austria, Finlandia y México —entre ellos, el investigador Alberto García-Rodríguez de la Universidad Nacional Autónoma de México— confirma que ninguno de los cerca de 200 países del mundo está en condiciones de alcanzar plenamente estos objetivos.
Obstáculos como la pandemia de covid-19, la crisis climática y los conflictos armados han ralentizado el ritmo de un proyecto que, según la comunidad internacional, es vital para el futuro de la humanidad.
El origen de los ODS y su alcance
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible sustituyen a los antiguos Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), que expiraron en 2015. Desde entonces, la ONU definió 17 propósitos y 169 metas que abarcan desde la lucha contra la pobreza y la mejora de la salud hasta la preservación del medio ambiente. El eje central es “no dejar a nadie atrás”, pero el progreso hacia esa meta común se ha visto frenado por la falta de concordancia entre los diferentes objetivos y la estructura económica global.
Los ODS nacieron para erradicar la pobreza, combatir la desigualdad y enfrentar el cambio climático, pero ningún país logrará cumplirlos en 2030
Una agenda ralentizada: pandemias y conflictos
La pandemia de covid-19 desvió recursos y alteró las prioridades de numerosas naciones, retrasando los avances en áreas clave como igualdad de género, educación o bienestar. A ello se suman los conflictos armados vigentes en diversos puntos del planeta, que impactan especialmente a aquellos países con economías emergentes. Según el estudio, existe una correlación negativa entre los objetivos de acción climática y consumo y producción responsables frente al modelo económico actual, lo que dificulta su implantación.
La irrupción de la pandemia y los conflictos globales ha frenado el avance de la Agenda 2030, exigiendo un cambio de enfoque en la política internacional
Divergencias regionales y hallazgos de la investigación
Tras analizar las puntuaciones de 231 indicadores de progreso designados por la ONU para 107 países, los investigadores descubrieron diferencias claras entre regiones. Las naciones con el PIB más bajo (principalmente en África y Asia) presentan rezagos en objetivos como fin de la pobreza, igualdad de género y salud, mientras que avanzan más en acción climática y consumo y producción responsables. Estas disparidades evidencian que no existe una fórmula universal para alcanzar los objetivos.
Los países con menor PIB muestran avances en objetivos ambientales pero retrocesos en áreas sociales, reflejando un patrón de desarrollo desigual
Necesidad de un enfoque sistémico y específico por región
Los expertos señalan que es fundamental adoptar un enfoque sistémico y específico para cada región, teniendo en cuenta la cultura, la economía y las condiciones sociales particulares. Sin un replanteamiento profundo de los actuales modelos de producción y consumo, el cumplimiento de los 17 ODS se ve comprometido. En palabras de los investigadores: “Si realmente aspiramos a un futuro mejor, es necesario actuar de inmediato”.