Tras 20 minutos sentada guardando silencio a la espera de que dieran las 10 de la mañana –hora fijada para su comparecencia sin preguntas- Leire Díez ha defendido su derecho a investigar. “Mi trabajo es mi trabajo y en ningún caso lo he llevado a cabo en nombre de nadie ni en representación de nadie. No soy empleada pública ni tengo ningún cargo en el PSOE”, ha afirmado.
La exmilitante socialista, que tramitará este mismo miércoles su baja del partido, ha querido dejar claro que dicha baja es “voluntaria y temporal, espero”.
Díez ha señalado que “no comprometí ningún comportamiento de ningún servidor público. Ni fiscales, ni de nadie”. “Si se ha interpretado otra cosa, es una mala interpretación”, ha dicho sobre los tratos de favor que ofrecía en las reuniones que han trascendido con abogados y empresarios a cambio de trapos sucios de mandos de la UCO.
Según ha sostenido, continuará con su trabajo para publicar un libro que versará sobre la trama de hidrocarburos. “Ni me van a intimidar, ni voy a renunciar a mis convicciones”, ha remarcado.
Previamente, ha explicado que ha estado “años” recopilando información “antes de que saltasen a la luz escándalos que afectaban al Gobierno del PSOE”. No obstante, “curiosamente se me ha conocido fruto de un vídeo de una grabación ilegal en un despacho de abogados”, ha apuntado, antes de denunciar “filtraciones calculadas y prefabricadas”.
Aparición por sorpresa de Aldama
Nada más terminar su comparecencia, se le ha acercado Víctor de Aldama, protagonizando así un momento de gran tensión. A preguntas de los medios de comunicación, el empresario ha asegurado que ha acudido al acto “para desmontar” a la exmilitante socialista, a quien ha calificado de “sinvergüenza”.
“¿Ustedes no creen que todo es un paripé, que todo es mentira?”, se ha preguntado De Aldama, quien ha advertido que “esta señora no sabe lo que ha hecho al venir aquí”. “Ya lo verá también el presidente del Gobierno –en alusión a Pedro Sánchez- y Santos Cerdán”, ha afirmado.