Madrid 2016, una ‘corazonada’ de Gallardón que salió cara a los madrileños

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Madrid 2016, una ‘corazonada’ de Gallardón que salió cara a los madrileños

Alberto Ruiz-Gallardón, exalcalde de Madrid

Un recorrido que analiza el estado de las principales instalaciones de la candidatura olímpica. Alberto Ruiz-Gallardón no tiene ningún imán de Copenhague en la nevera. Periodismo de datos. Porque es probable que Alberto Ruiz-Gallardón no quiera saber nada de Copenhague. No es fácil de digerir, a fin de cuentas, la decepción que supone el fin de la esperanza. Alberto tenía la ‘corazonada’ de que Madrid iba a ser la ciudad encargada de organizar los Juegos Olímpicos de 2016. Sin embargo, el Congreso del Comité Olímpico Internacional decidió en Copenhague que esos Juegos se iban para Río de Janeiro.
 
Era la segunda vez que Madrid, y Gallardón, eran rechazados por el mismo Congreso. Atrás había quedado la decepción virginal de Madrid 2012, y con un proyecto mucho más consolidado se presentaba ahora en Copenhague. Las infraestructuras y las instalaciones estaban prácticamente listas y sólo la ambigüedad antidopaje y la tradición de rotar continentes (Londres 2012, Europa) iba en su contra. Sin embargo, lo que no tenía que pasar sucedió. Y la mano abierta del logo se convirtió en ‘peineta’.
 
¿Qué queda de Madrid 2016?
 
De aquella candidatura, y de Madrid 2012 y 2020, queda lo construido. “Las aventuras olímpicas”, tal y como denominan desde el actual Ayuntamiento de Madrid a aquellas candidaturas, dejaron miles de millones de euros públicos invertidos en un paisaje que se llenó de instalaciones que prácticamente no tienen utilidad. La inversión total en las ‘aventuras’ se intuye (cerca de los 15.000 millones en total) pero se desconoce, pues el gobierno de Alberto Ruiz-Gallardón no quiso hacer públicas las cifras. Desde el Ayuntamiento de Madrid confirman en declaraciones aElBoletin.com que el próximo año abrirán una comisión de investigación en el consistorio para esclarecer, precisamente, los gastos en las infraestructuras, los sobrecostes en las obras y las instalaciones inacabadas del proyecto olímpico.
 
Aseguran que hay una cantidad ingente de documentación sobre el tema, y que han encontrado indicios que les llevan a organizar esa comisión para la próxima primavera. Mar Espinar, concejala del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid y portavoz de Cultura, Deporte y Turismo del grupo socialista, confirma a ElBoletin.com que nunca han tenido al alcance los gastos que supusieron aquellas candidaturas. “Lo que sabemos lo sabemos por la prensa. Nunca hemos podido acceder a la información oficial”, afirma. Aun así, Espinar calcula que entre Comunidad y Ayuntamiento se han invertido más de 6.000 millones de euros en el sueño olímpico. Además, la concejala informa que aún se deben el 80% de los créditos que otorgaron las entidades financieras al Ayuntamiento de Gallardón para que realizara las obras.
 
La mayor preocupación del grupo municipal del PSOE, asegura Espinar, es que esas mareantes cifras de dinero público invertido reviertan sobre los madrileños. “El dinero que pusieron los madrileños de su bolsillo debe redundar en las necesidades de los madrileños. Debemos acoplar las instalaciones e infraestructuras construidas a las necesidades de la gente sin que eso suponga una mayor inversión” afirma la concejala socialista. Para ello, Espinar apuesta porque el consistorio realice un diagnóstico de las instalaciones que se crearon para la ‘aventura olímpica’ y así diseñar un futuro para las infraestructuras.
 
Estadio Olímpico de La Peineta. La calidad de unos Juegos Olímpicos se mide principalmente por el nivel que muestren en él sus participantes y, secundariamente, por el nivel de sus instalaciones. La foto de un buen estadio olímpico también queda en el imaginario colectivo de los espectadores. Primero Usain Bolt, luego ‘El Nido del Pájaro’ de Beijing (2008). Madrid para esa foto apostó por el Estadio Olímpico de La Peineta. Un estadio presupuestado en 209 millones de euros, con capacidad para 68.000 espectadores y como su nombre apunta, con forma de ornamento femenino para el cabello. Sin embargo, las derrotas olímpicas dejaron el estadio en el abandono hasta que tras años de idas y venidas el Atlético de Madrid se comprometió (previa venta de la parcela del Estadio Vicente Calderón) a acabarlo. El club colchonero cuenta con que la venta del suelo del Calderón le reporte unos 170 millones de euros. Misma cantidad que pidió al magnateCarlos Slim, máximo accionista de FCC, para acabar ‘La Peineta’. A priori, el estadio (oficialmente inaugurado en 1994) estará listo para 2017, y donde iba a correr Bolt, lo hará Griezmann.

Peineta

Centro Acuático. En paralelo al Estadio de la Peineta se encuentra la otra joya de la corona de unos juegos. El centro acuático de natación donde este año Michael Phelps buscaría engrandar, si se puede, su leyenda. Sin embargo, el centro se encuentra ‘en los huesos’ sumido en la incuria. Con un presupuesto inicial cercano a los 120 millones de euros, las obras de construcción se abandonaron en julio de 2010. 50 millones de euros invertidos para dejar, posiblemente, la imagen que simboliza el ‘delirio’. Mar Espinar confirma que se necesitarían otros 50 millones de euros para finalizar la obra. El Atlético de Madrid parece dispuesto a asumir ese gasto, pero para convertir la parcela en un centro deportivo y de ocio para sus socios, oficinas y residencia de jugadores, y en un polideportivo de uso público, tal y como desea el Ayuntamiento.

Centro Acuático

Sorprendentemente, tal y como denunció el periódico Diagonal, desde que se pararon las obras las empresas Dragados y Construcciones Ortiz han seguido cobrando facturas muy elevadas por unas labores de mantenimiento y vigilancia que, a tenor de lo visto, no parecen surtir efecto.  

Caja Mágica. El único edificio olímpico que se terminó fue la Caja Mágica. Presupuestado en 139,8 millones de euros, su factura final ascendió a los 294 millones. Sobrecostes ‘everywhere’. Inaugurado en mayo de 2009, este edificio ha visto como el uso de tanto dinero ha deparado en un torneo de tenis al año y algunos partidos de baloncesto y balonmano. Afortunadamente, dicen desde el grupo socialista del Ayuntamiento de Madrid, este año se le han encontrado usos culturales al espacio organizando el Festival MadCool.

Caja Mágica

Madrid Arena. Rebautizado como ‘Pabellón Multiusos’, este edificio nacido del antiguo ‘Rockódromo’ costó alrededor de los 150 millones de euros. A pesar de la tragedia de 2012, este edificio ‘olímpico’ ha acabado siendo el más rentable en cuanto a su actividad. Eso sí, no para la prevista. Desde hace años el antiguo Madrid Arena se viene utilizando para acoger congresos, ferias y espectáculos. Nada de deporte. Después del ‘Caso Madrid Arena’ se determinó que el edificio no estaba capacitado para albergar actividades que supongan una gran afluencia.

Madrid Arena

Parque de la Gavia. El Parque de la Gavia, situado en el Ensanche de Vallecas, iba a ser el parque del agua, el pulmón verde del distrito y sede de los Juegos Olímpicos. Y de momento, ni agua, ni pulmón, y, por supuesto, tampoco Juegos Olímpicos. En el antiguo canal que surca el parque, sin agua ahora, tenían previsto albergar la competición de piragüismo en aguas bravas. En su día, fuentes municipales indicaron que el presupuesto para poder poner en marcha el agua y el pulmón verde del parque pasaba por la elección de Madrid como ciudad olímpica. Pero no Juegos, no party. La asociación de vecinos de la zona siguen insistiendo en la necesidad de mejorar las lastimosas condiciones del parque.

Parque de La Gavia

Estos fueron (y son) algunos de los lugares destacados en el mapa olímpico que tenía dibujado Alberto Ruiz-Gallardón en su mente. Que si bien no consiguió traer los Juegos Olímpicos a Madrid, obtuvo el galardón de convertir a Madrid en la ciudad que más dinero ha destinado a los Juegos Olímpicos sin tenerlos. Como dice Vetusta Morla, “dejarse llevar suena demasiado bien. Jugar al azar. Nunca saber dónde puedes terminar. O empezar”.
 
La canción se llama Copenhague. Qué sórdido.

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