«Me desnudaron y obligaron a hacer sentadillas antes de llevarme al aeropuerto. Decían ‘te vas a ir a tu puto país’»

Inmigración

«Me desnudaron y obligaron a hacer sentadillas antes de llevarme al aeropuerto. Decían ‘te vas a ir a tu puto país’»

CIE de Aluche

El informe de SOS Racismo Madrid recoge los testimonios de malos tratos y vulneración de DDHH en el Centro de Internamiento para Extranjeros de Aluche en 2015. Los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) dependen del Ministerio del Interior y siguen siendo opacos, de gestión exclusivamente policial y con una nula rendición de cuentas, según las denuncias de ONG y plataformas. No obstante, la realidad de los inmigrantes irregulares que recalan en estos centros de perfil penitenciario es cada vez más conocida gracias a las plataformas por el cierre de los CIE y por las denuncias de algunos de sus internos, que han logrado dejar testimonio de su paso por unas instituciones acusadas de vulnerar sistemáticamente los Derechos Humanos.

El informe de SOS Racismo Madrid, presentado esta semana, documenta los casos de internos que los miembros de la ONG han podido seguir a lo largo de 2015 en torno al CIE de Aluche. “El 30,4% de las personas visitadas fueron detenidas en espacios públicos. Este dato pone el foco sobre los controles de identidad basados en el perfil étnico. Fueron identificadas por policías con o sin uniforme debido a ese perfil. La mayoría de personas que habían sido detenidas en el marco de controles de identidad en el espacio público provenían de Aragón, Cantabria y Madrid”, recoge el documento.

A pesar de que el pasado año la direccion del CIE madrileño cambió, “la gestión sigue siendo exclusivamente policial”: “No se ha incorporado la figura de Administrador/a como personal ajeno a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado como exige el Reglamento”, constata Sos Racismo. El informe recoge testimonios que dan cuenta del incumplimiento de las garantías sanitarias que recoge la normativa de los CIE, y tampoco se registran mejoras en el respeto a los Derechos Humanos.

Los avances logrados provienen de resoluciones judiciales: “Cabe señalar la permisión para utilizar teléfonos móviles durante 4 horas al día tras el auto emitido por el juzgado de instrucción nº6 en funciones de control. Esto ha facilitado la comunicación con familiares y abogadas/os. Sin embargo, no comprendemos la limitación en el uso de teléfonos durante el resto de horas. Este tipo de limitaciones inciden en el carácter carcelario de los CIE”, denuncia el informe.

“Lo más duro es cómo nos tratan, el desprecio. Me da mucha impotencia, mucha rabia y al mismo tiempo me da miedo”

El CIE de Aluche registró al menos un brote de sarna en 2015, lo que para la ONG pone de manifiesto “las condiciones de insalubridad que se dan en estos centros donde las personas son encerradas en celdas de 8 personas y donde no se garantizan los suficientes materiales de higiene, ropa limpia, etc.”.

Pero más allá de los datos o las referencias a las condiciones materiales de los CIE, son los testimonios de las personas incomunicadas y privadas de libertad por cometer una falta administrativa lo que mejor plasma la arbitrariedad y el maltrato que se sufre de puertas adentro en unos centros que ya han sido denunciados ante el Tribunal de Justicia Europeo.

Llevo aquí dos semanas y no me entero de nada de lo que pasa. Nos tratan como animales, pero no somos animales, somos seres humanos”, denunciaba James. “Recibimos un castigo tan duro, el trato es tan malo. Cuando veo a otras personas oprimiéndome sin motivo, tengo que denunciarlo”, manifestó William. Según la ONG, los tratos degradantes y la falta de información sobre el propio futuro y la situación legal de los internos se traduce “en respuestas de miedo y estrés tanto en el interior del CIE como ante la posibilidad de vivir la cotidianeidad desde la intraquilidad de poder ser detenido y privado de libertad o deportado”.

Además, las personas que pueden estar sufriendo procesos de duelo por la pérdida de seres queridos no reciben ningún tipo de apoyo, según Sos Racismo: “Mis padres murieron en el mercado, por una bomba de Boko Haram. Sigo viendo a mis padres, sueño con ellos, y me asusta. Boko Haram destruyó la escuela, se cayó el tejado, yo me escondí en la cisterna del agua, murieron muchos compañeros de clase”, relató Hope.

Malos Tratos

“Año tras año recogemos testimonios de personas que declaran haber sufrido malos tratos en el CIE”, sostiene la ONG, que documenta el caso de once personas visitadas que declararon haber sufrido agresiones físicas por parte de las autoridades del CIE o haber sido testigos de agresiones a otras personas: “Mientras esperaba que me llevaran al avión me ataron los brazos. Estuve tres horas atado. Me duele, ayer fui al médico y me dieron una inyección para el dolor”, declaró Juan. “Me llevaron a un cuarto, me desnudaron entero y me obligaron a hacer sentadillas antes de llevarme al aeropuerto. Me decían ‘te vas a ir a tu puto país’”, denunció a su vez Baba. “Lo más duro es cómo nos tratan, el desprecio en la forma que tienen de hablarnos, con qué falta de respeto. Me da mucha impotencia, mucha rabia y al mismo tiempo me da miedo”, expresó Yuli.

Se han documentado casos de personas que han sido deportadas “más rápidamente” tras haber denunciado agresiones en el CIE, por lo que las principales muestras de protesta de los internos se traducen en huelgas de hambre. “Estas personas no han querido denunciar las agresiones por miedo a las represalias que pudieran sufrir”, sostiene el informe.

En cuanto a la atención sanitaria los testimonios apuntan en la misma dirección: “Nos dan las pastillas ya sacadas del papel, así que no sabes lo que te están dando. Te las dan fuera de horario, sin haber comido”, afirmó Ricardo. “Hay un chico que tiene dolores y chilla mucho. Lo llevaron al hospital porque nosotros mismos llamamos a la ambulancia, la policía estaba en otra planta celebrando el fin de año”, denunció a su vez Joaquín.“No puedo dormir por el dolor. Me dan calmantes pero me hacen vomitar mucho. Me han puesto una inyección, pero no me dicen lo que me están inyectando”, afirmó a SOS Racismo Mario.

“No podemos obviar el incumplimiento del Real Decreto 162/2014 que regula el funcionamiento y régimen interior de los CIE y establece que la atención médica debe estar bajo la responsabilidad de personal médico perteneciente a la Administración General del Estado”. No obstante, según denuncia la ONG, a día de hoy el servicio médico está subcontratado a Clínica Madrid y “sigue sin contar con instalaciones adecuadas para albergar una enfermería como ya se ha instado mediante autos de los juzgados de control”.

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