El magistrado Pedro Martín es conocido en el ‘mundillo’ judicial por sus controvertidas decisiones en casos de violaciones a mujeres. El ingreso en prisión ayer de Vicenç Gavaldà, exsecretario de organización de Unió Democràtica de Catalunya (UDC), por el para cumplir una condena de siete meses, decretado por la Audiencia de Barcelona, ha traído de nuevo a escena la polémica figura de Pedro Martín García. El presidente de la Sección Segunda de este órgano judicial es conocido en el colectivo por, entre otras cosas, sus controvertidas decisiones en casos de violaciones a mujeres.
Y es que, hay quien recuerda que este magistrado ha llegado a prohibir a las víctimas de un presunto violador que declarasen tras una mampara y obligó a estas mujeres a responder las cuestiones de las partes a apenas unos metros de su supuesto agresor.
Por si esto no fuera bastante, en 2009 excarceló al segundo violador del Eixample, Alejandro Martínez Singul, acusado de tratar de agredir sexualmente a dos mujeres, justo un día antes de que se sentase en el banquillo.
Años antes, en el 2005, también fue objeto de polémica al decidir saltarse los informes desfavorables de varios psicólogos y ordenar que las cuatro niñas presuntas víctimas de los abusos sexuales de su profesor de kárate declarasen a 10 metros de su agresor, sin ningún elemento que las protegiera, como las mencionadas mamparas.
Precisamente, Martín García absolvió a este profesor por, según las informaciones de la época, “falta de pruebas determinantes”.
Un año antes el Servicio de Inspección del Consejo General del Poder Judicial y el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ya le había investigado a él y a sus dos compañeros de Sección, los magistrados Javier Arzua y José Carlos Iglesias, por haber dejado en libertad al violador de Martorell, Tomás Pardo, un mes antes de que se celebrase el juicio contra él.