Lourdes Cavero dimite para no perjudicar electoralmente a Arturo Fernández, ya que éste se había comprometido a mantenerla en el cargo mientras que ella quisiera. El presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, ha evitado valorar la dimisión por sorpresa de su esposa como vicepresidenta de la patronal madrileña y se ha limitado a señalar que el Ejecutivo autonómico no influye “nada” en la CEIM y a generalizar al afirmar que las decisiones que tomen sus miembros son “todas respetables”.
En declaraciones a los medios en Móstoles preguntado por las elecciones en la patronal madrileña y la dimisión de su mujer, Lourdes Cavero, como vicepresidenta de la CEIM, González ha dicho que la patronal es una organización “independiente” que “tiene sus procesos electorales como cualquier otra organización”.
“Nosotros no tenemos ni participación, ni influimos absolutamente nada. Nos mantenemos al margen, como es lógico y las decisiones que toman sus miembros son todas respetables para nosotros», ha afirmado. Así, ha apuntado que “no hay ninguna cuestión que afecte en este sentido al Gobierno de la Comunidad de Madrid”.
El presidente autonómico pasaba así de puntillas por el hecho de que su esposa haya presentado su dimisión como vicepresidenta de la CEIM, lo que ha hecho, según Europa Press, con el argumento de que no quería ser “el mínimo obstáculo” ni “excusa” para que el proceso electoral se desarrolle con la máxima limpieza y transparencia.
La dimisión de Cavero se produce sólo dos semanas después de que Arturo Fernández asegurara públicamente a Ignacio González, y en un multitudinario desayuno informativo, que su esposa estaría en CEIM mientras ella lo deseara, a pesar de que su presencia en la patronal madrileña era muy polémica y de que su rival en las elecciones, Hilario Alfaro, se había comprometido a prescindir de los servicios de la esposa del presidente si gana los comicios que se celebrarán en marzo.
Hay que recordar, además, Cavero ha sido imputada por el juez por presunto blanqueo de dinero y delito fiscal en el caso de la compra del ático de Marbella, que comparte con su marido.
