La defensa del juez Silva asegura que si el instructor se leyó los 8.700 correos de Blesa en una semana «debería estar en la NASA»

Caso Blesa

La defensa del juez Silva asegura que si el instructor se leyó los 8.700 correos de Blesa en una semana «debería estar en la NASA»

Elpidio José Silva, juez

Silva asegura que «sin duda alguna» la semana que viene estará suspendido de la judicatura. Denuncia ser víctima de una «farsa». Los abogados del juez Elpidio José Silva han anunciado este jueves que se querellarán contra el instructor de la causa contra su cliente Jesús Gavilán. Le acusan de haber dictado un auto plagado de ambigüedades y carente de fundamentos jurídicos. Además apuntan que si de verdad fue capaz de leer los 8.700 correos corporativos de Miguel Blesa en una semana «debería estar en la NASA» y no en judicatura.

Tanto el propio Silva como sus dos abogados defensores han cargado con dureza contra los argumentos que el juez Gavilán ha empleado para imputarle diversos delitos en la instrucción del llamado ‘caso Blesa’ que llegó a enviar a la cárcel de Soto del Real al expresidente de Caja Madrid. Gonzalo Boye ha llegado a calificar el auto aceptado por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) está «en el plano de lo esotérico».

El propio juez Silva, que asume que tan pronto como la próxima semana podría estar suspendido de su puesto, ha defendido haber investigado «todo correctamente» habiendo cumplido en todo momento «las reglas del juego». Por lo que rechaza las acusaciones de haber tomado resoluciones injustas carentes de «toda explicación razonable y, a todas luces, contrarias a Derecho», como señala Jesús Gavilán.

Las acusaciones de retardo malicioso en administración de Justicia tampoco tienen fundamento para Silva y su defensa. El juez defiende que no hay hechos sujetos a responsabilidad disciplinaria por haber tardado dos meses en instruir el hundimiento de Caja Madrid y que, en todo caso, muchos otros jueces y tribunales deberían ser acusados de las mismas faltas, pues la propia Audiencia Nacional se tomó más tiempo para este caso en concreto.

Otro de los asuntos que pesan sobre el juez y que podría apartarle de la profesión por entre 20 y 40 años es la devolución de la fianza que Miguel Blesa depositó para salir de la cárcel tras su primer arresto. El TSJM considera que estos hechos «exceden o tienen un plus sobre las distintas faltas imputables» y sin embargo los abogados defensores de Silva subrayan que no es de su competencia, sino un asunto más administrativo.

Sobre la «posibilidad de existencia» de dos delitos contra la libertad individual y por revelación de secretos procesales, también tiene defensa. El juez Silva defiende no haber comentado jamás «ningún secreto de nada» a la par que apunta a que quizá otras instituciones sí que ponían sobreaviso a sus investigados de cuáles eran sus movimientos, como se puede deducir de algunas conversaciones telefónicas a teléfonos ‘pinchados’ en las que sus usuarios eran conscientes de esta situación. Y sobre la privación de libertad al expresidente de Caja Madrid, comenta con sorna que «me están imputando que incomunico a Blesa igual que me podrían imputar por haber robado algo de El Prado», alegando la firmeza de los argumentos en su día presentados para enviar al banquero a la cárcel.

Sin embargo, el capítulo más polémico es el que hace referencia a que el juez Gavilán nombra en su auto un artículo del Código Penal que define con el contenido de otro distinto. Una situación que, sin embargo, el TSJM ha pasado por alto a la hora de tomar por válido su auto pero que levanta muchas sospechas en la defensa del juez. Tantas que por todo ello se han decidido a presentar una querella contra el instructor ante el Tribunal Supremo que esperan tener lista para la próxima semana en la que también esperan poder reflejar el apoyo de los ciudadanos que ya han mostrado su simpatía a través de distintas plataformas digitales.

El abogado Boye ha llegado a comentar este jueves que «lo único cierto que se ha dicho [en el auto] es que [Silva] no tiene antecedentes penales». Una tesis que lleva a Silva a sostener que «todo es un invento» y que el expediente disciplinario que se ha abierto en su contra para «perpetuar la impunidad de los corruptos» no tiene «ni pies ni cabeza». Si las faltas de que se le acusa se estudiaran en la instrucción de cada caso, ha llegado a decir, «toda la clase judicial estaría expulsada».

El juez que encerró a Blesa ha denunciado ser víctima de una “farsa” que busca separarle del cargo «torticeramente» a través de una «campaña de acoso, difamación, calumnias e injurias sin precedentes». No obstante, ha confiado en ser finalmente absuelto de todos los delitos que ahora se le imputan porque «todo al final sale gratis», en alusión a la lesión a su imagen profesional que esta situación le está causando. Pero sus denuncias han ido más allá al afirmar que en España «hemos rebajado el canon judicial por debajo del franquismo, que comunicaba debidamente los cargos. Estamos por debajo del Tercer Mundo».

Sobre el asunto de los correos corporativos, cuyo acceso han vuelto a solicitar para fundamentar su querella contra Gavilán así como la defensa ante el TSJM, el abogado Conde-Pumpido ha mostrado su desconfianza en el buen hacer del juez instructor. En este sentido el juez Silva ha destacado que tardó «dos horas en leer doce correos de una carpeta llamada Esperanza Aguirre» y no entiende cómo se puede tener conocimiento fundamentado de los casi 9.000 existentes en apenas una semana.

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