Más problemas para Florentino Pérez: los sindicatos acusan a Clece de incumplir los acuerdos para la limpieza de hospitales de Madrid

Privatización sanidad

Más problemas para Florentino Pérez: los sindicatos acusan a Clece de incumplir los acuerdos para la limpieza de hospitales de Madrid

Florentino Pérez, presidente de ACS y del Real Madrid

Clece, empresa multiservicios de ACS, se hizo el pasado verano, junto con Ferroser Servicios Auxiliares -filial de Ferrovial- con los contratos de limpieza de varios hospitales madrileños. Los temores de los sindicatos ante el deterioro de la calidad del servicio que traería consigo la privatización de la limpieza de 16 hospitales madrileños parecen haberse cumplido. Al menos así lo indica CCOO, que ha acusado a Clece, empresa multiservicios del grupo ACS que preside Florentino Pérez, de saltarse los contratos firmados con el Gobierno regional. Según el sindicato, “son más de 70 los limpiadores despedidos u obligados a trasladarse a otras comunidades autónomas” si quieren seguir trabajando.

En un comunicado, CCOO denuncia que Clece, una de las empresas adjudicatarias de dos de los lotes de la limpieza de los hospitales madrileños adjudicados el pasado verano por la Comunidad de Madrid, “no respeta los compromisos adquiridos tras hacerse cargo de estos contratos millonarios”.

La privatización de la limpieza de los hospitales (que incluía a todos los de gestión pública menos el Gregorio Marañón, el de Getafe, el Rodríguez Lafora, el de Guadarrama y el Virgen de la Poveda) y del Centro de Transfusiones fue adjudicada a Clece y Ferroser Servicios Auxiliares -filial de Ferrovial- por 208 millones de euros. El contrato, con una duración de tres años, permitirá ahorrar 65 millones, según dijo el Gobierno regional.

No obstante, los problemas no han tardado en surgir. El sindicato ha cargado contra la empresa de Florentino Pérez por sus decisiones, que han perjudicado a los trabajadores. El personal interino de los centros adjudicados a Clece es el peor parado, ya que a estos trabajadores “sólo se les ha ofrecido un puesto de trabajo a tiempo parcial, en diferentes lugares de la Comunidad de Madrid o en otras comunidades autónomas como Galicia o Cataluña, y que nada tienen que ver con el ámbito sanitario”. “Están sufriendo un deterioro absoluto de sus condiciones de trabajo y sus derechos laborales”, señala la organización sindical.

CCOO ha comunicado esta “lamentable situación” a la Consejería de Sanidad, sin obtener ninguna respuesta hasta el momento. “Es verdaderamente sorprendente que el SERMAS eluda su responsabilidad y no obligue a Clece a mantener unas condiciones laborales dignas para estos trabajadores, cuando reiteradamente y a través de diversos medios de comunicación, la Consejería de Sanidad ha manifestado que la privatización de estos centros no iba a significar para los trabajadores interinos afectados ni la pérdida de su puesto de trabajo, ni la precarización de su empleo”, se queja el sindicato.

Según la información que maneja CCOO, “son más de 70 los limpiadores despedidos u obligados a trasladarse a otras comunidades autónomas para continuar trabajando”, lo que demuestra que la privatización de un servicio público dentro del sistema sanitario sólo trae consigo “reducciones brutales en las plantillas y horas de limpieza, lo que evidentemente supone un gran deterioro de la calidad del servicio”.

Algo que según el sindicato ya quedó demostrado con los centros de salud. Precisamente la limpieza de los ambulatorios fue adjudicada por la Comunidad de Madrid el pasado mes de mayo a Ferroser. La filial de Ferrovial pasó a hacerse cargo de los 293 centros de salud dependientes del SERMAS por 35,43 millones de euros, lo que según denunció la Asociación de Médicos y Titulados Superiores (Amyts) tuvo “efectos devastadores para la higiene y la salud en los centros de Atención Primaria”.

Este sindicato denunció en septiembre que desde que el Gobierno regional privatizó el servicio de limpieza los pacientes y trabajadores tienen que enfrentar condiciones infrahumanas que se están convirtiendo en un verdadero “problema de salud pública”, como ratas muertas o vómitos sin recoger durante horas.

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