El ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón ha vivido hoy uno de los peores momentos de su carrera política en una apertura del año judicial en que incluso ha sido criticado, en presencia del Rey, por algunos de sus hombres de confianza.
Esa es la interpretación que algunos medios, como la Cadena SER, le han dado a las palabras pronunciadas por Gonzalo Moliner, el presidente del Consejo General del Poder Judicial, un progresista reputado de haber alcanzado el puesto gracias al patrocinio del ministro de Justicia.
Moliner ha pedido más medios y se ha mostrado muy crítico con la reforma del órgano de gobierno de los jueces que va a poner en marcha Gallardón. Para el presidente del Poder Judicial se piensan poner límites en su estructura e introducir un sistema de elección de los vocales por “cuotas y no por consenso que es lo que quiso el constituyente”.
Aunque quizá lo más sorprendente ha sido que también el fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce haya discrepado en público de algunas decisiones de su jefe. Torres-Dulce ha advertido a Gallardón que el futuro código procesal penal incurre en incongruencias graves al “atribuir la dirección de la investigación al fiscal y negarle la capacidad de maniobra para llevarla a término”.
Y junto a estas críticas, en el exterior del recinto de Tribunal Supremo en el que se celebraba el acto se ha desarrollado una protesta de los funcionarios judiciales contra la reforma impulsada por el ministro que también ha marcado el acto.
Los funcionarios han recibido con abucheos a todas las autoridades que tomaban parte en el acto, incluido el Rey, y sus consignas contra el ministro se han hecho presentes cada vez que se hacía el silencio dentro de la sala.







