«Voy a referirme al llamado caso Bárcenas que implica a un extesorero y exgerente del PP actualmente en prisión provisional imputado por diversos delitos como evasión de capitales a la Hacienda pública”. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha comenzado así su intervención en el Congreso para, según ha afirmado, evitar que sigan “creciendo los despropósitos” y para “frenar la erosión de la imagen de España”.
Rajoy ha admitido que se “equivocó al mantener la confianza en alguien que ahora sabemos no la merecía”.
“Creí en el señor Barcenas. Era una persona de confianza en el partido (…) Así que me fie de él y le apoye, como apoyaría a cualquiera que sufriera una persecución que yo pensaba injusta. Creí en su inocencia, lo hizo hasta el momento en que cuatro años de iniciadas las investigaciones se descubrieron sus cuentas en Suiza», ha explicado Rajoy quien ha dicho también que «cometí el delito de creer a un falso inocente pero no el delito de encubrir a un presunto culpable».
El presidente del Gobierno se ha quejado también de que los que pedían que compareciera para hablar de este escándalo “no reclamaban información, sino una ratificación sin condiciones de sus propias ideas, si es que podemos llamarlas así”.
“Que se puede decir a quienes anuncian que diga lo que diga aquí reclamarán mi dimisión”, se quejó el presidente en referencia al PSOE, que ayer mismo volvió a exigir la marcha del presidente del Ejecutivo. “Qué se les puede decir, de qué sirve decirles nada”, se preguntó.
“Vengo a frenar de erosión de la imagen de España que algunos cultivan y a desmentir mentiras, manipulaciones e insinuaciones maliciosas que han jaleado, entre otros algunos dirigentes políticos”, ha afirmado Rajoy, quien ha añadido que no comparece porque le inquiete “esa irreflexiva moción de censura de la que no tendría ningún problema en debatir y produce un daño a la imagen de España”.
