En la tertulia de la SER han tratado el caso Blesa, que según Mariola Urrea “comienza a ser desconcertante para la ciudadanía”. Con la entrada y salida de Blesa a la cárcel, otra más ahora, después de dos semanas, tras la anulación de la causa que le llevó en segundo lugar a prisión.
Esta tertuliana opina que “a la ciudadanía no se le puede marear con términos técnicos jurídicos. La ciudadanía necesita más certezas de que la Justicia va a llevar a prisión a quien se lo merece, de que la judicatura actúa conforme a la ley. Las declaraciones de Blesa ayer dan la impresión de que hay jueces que no actúan de acuerdo con la ley.
Miguel Ors reconoce que Blesa ha sido duro con el juez Elpidio Silva, pero más dura ha sido la Audiencia, “que reprochaba que hubiera sacado su argumento de la Wikipedia, incluso con faltas de ortografía. Indica que reabrió este caso sin pruebas suficientes. Esto significa que nada de lo actuado hasta ahora tenía validez, porque había un defecto de forma”. Pero hace notar que durante esta última apertura, se han descubierto indicios que pueden avalar que ha habido movimientos irregulares en la concesión de créditos a Díaz Ferrán.
Ignacio Escolar denuncia que “nos están intentando retratar a Silva como un juez loco peligroso, pero si es así, ¿cómo es posible que estuviera al cargo de un juzgado sin que pasar nada hasta que mete a un banquero en la cárcel?
El periodista recalca que “la ciudadanía tiene la sensación generalizada de que los delitos de guante blanco salen bastante gratuitos. Con este paso atrás, dice Silva que ya no hay caso Blesa, que coloca todo lo que ha sucedido alrededor de su gestión (que nos ha llevado en parte a un rescate financiero) queda anulado.
Urrea dice que lee da miedo que perdamos la razón” y acabemos focalizando en una persona una especie de causa general contra todos los banqueros. Da la sensación de que en esta sociedad no pagamos todos por igual las consecuencias de los riesgos que asumen unos. Apelo a la responsabilidad de todas las partes implicadas para no acabar minando la confianza en el único poder que aún está a salvo de la desconfianza general.
“Es verdad que el juez está siendo objeto de una campaña de descrédito personal, y esto contribuye poco a que se instala la sensación entre la ciudadanía de que quien la hace la paga, pero justamente”, admitió la tertuliana.
