La trama Gürtel ha atrapado finalmente a los dos principales líderes del PP madrileño. Todo por culpa de informe solicitado por el juez Ruz que pone de manifiesto que entre 2004 y 2008, la Comunidad de Madrid se ‘saltó las leyes’ para beneficiar a Correa y los suyos.
Las 95 páginas de este documento, realizado por el Interventor Juan Carlos Gómez, de Auxilio Judicial, pueden convertirse en la ‘tumba política de Ignacio González. El informe acredita que la vicepresidencia, que ocupaba entonces, facilitó a la trama 140 contratos por valor de 1,825 millones de euros.
La cantidad supera al dinero total adjudicado a las empresas de la trama por la Consejeria de Cultura, Deporte y Turismo que emitió 171 facturas por valor de 1,7 millones de euros. Entonces, el titular de esta cartera era Alberto López Viejo, que, a diferencia de González, si está imputado en el caso Gürtel.
El informe recoge 686 facturas en total por valor de 6,5 millones de euros e implica a la práctica totalidad del Gobierno madrileño. El interventor acredita, además, que sólo el 17% de ellas incluyen el motivo del pago y da por demostrado que, el Ejecutivo de Aguirre burlaba la Ley, fragmentando las adjudicaciones hasta convertirlas en contratos menores, de unos 12.000 euros, para no tener que sacarlas a concurso.
Las nuevas pruebas son un duro golpe para la estrategia que la ex presidenta de la Comunidad de Madrid había mantenido al hablar de su relación con este caso. Algunas voces del PP madrileño que configuraron en su día la débil y escasa oposición con que se enfrentó Esperanza Aguirre en sus años triunfales, habían anticipado ya hace un par de meses que esto podía pasar.
Aguirre hasta presumió de haberles defenestrado y separado del partido a todos altos cargos relacionados con la trama. Personajes como Guillermo Montesinos, Alfonso Bosch, Alberto López Viejo, Arturo González Panero o Jesús Sepúlveda que ocuparon cargos relevantes en su entorno y a los que prometió ‘enterrar’. Y si bien les hizo renunciar a sus cargos ejecutivos, a alguno, como Montesinos, hasta le encontró otro trabajo en la Comunidad bastante bien remunerado.
Además, no les forzó a renunciar al escaño y, por supuesto, jamás se negó a aceptar que estos supuestos ‘castigados’ votarán con el PP en todos los casos. Motivos más que suficientes para que, si se produce una revisión de aquella etapa, la posición de Esperanza Aguirre pueda ser puesta en cuestión.
Y quizá el momento haya llegado, más aún cuando parece que hay pruebas concluyentes de que Ignacio González también tuvo una relación muy directa con los hombres de Correa. Más allá del famoso apartamento de Marbella y algunas otras incógnitas por resolver.
