El presidente de los empresarios madrileños presumió hace casi dos años en el programa ‘Tal como son’ de Telemadrid de tener 180 restaurantes, más de 100 coches, 8 hoteles, 2.000 armas y 25.000 botellas pertenecientes al Museo Chicote. El vídeo en el que la reportera Paqui Peña acompañaba a Arturo Fernández ha sido recuperado por los trabajadores despedidos en el ERE del ente público para denunciar el presunto pago en negro de Fernández a sus empleados del Grupo Cantoblanco, según publica la Cadena Ser.
“Internet tiene memoria y los 861 trabajadores despedidos de Telemadrid también”. Esa es la frase con la que la antigua plantilla de la cadena define su acción contra Arturo Fernández tras conocerse “informaciones sobre el presunto pago en negro a los trabajadores por parte de empresario adalid de las privatizaciones y de los recortes de derechos sociales y laborales”.
El vídeo que han recuperado estos trabajadores a través de la web de Salvemos Telemadrid, es “toda una joya para la hemeroteca”. Muestra el día a día del vicepresidente de la CEOE y líder de los empresarios madrileños, que contaba cómo su abuelo fue el que puso la primera piedra de su ‘imperio’ al importar el tiro al plato desde Inglaterra y crear el primer club de tiro.
Arturo Fernández reconoció sin vergüenza que no conduce porque “tengo señores que me acompañan” y son ellos los que lo hacen, así como también que a pesar de tener 700 cocineros trabajando para él y llevar un negocio de restauración, no sabe freír “ni un huevo”.
Eso sí, presumió de sus amistades, inmortalizadas en fotos repartidas por sus despachos. “Ahora tengo unos pocos”, dijo Fernández en un momento del reportaje, refiriéndose a que es presidente de la Cámara de Comercio y la patronal madrileña, vicepresidente de la CEOE y tiene su negocio, Grupo Arturo Cantoblanco. Las imágenes le muestran junto a Rodrigo Rato, al príncipe Felipe, al Rey, e incluso con su tocayo, el actor Arturo Fernández, con quien aseguraba tener una buena amistad.
Asimismo, dijo que es un gran amigo del Rey. “Soy su armero, cazo con él”, comentó durante la visita que hizo con las cámaras de Telemadrid al club de tiro que forma parte de su grupo, el que puso en marcha su abuelo en los años 20 del siglo pasado.
El reportaje, además, desveló un dato quizá desconocido por muchos. Fernández estudió Ciencias Económicas y tardó 12 años en acabar la carrera. “Tardé mucho porque estudiaba poco”, reconoció el empresario, que aseguró a renglón seguido que fue porque compaginaba trabajo y estudios.
Unas revelaciones que dieron paso al momento en el que el empresario daba cuenta de sus ‘posesiones’. En la armería, donde guarda más de 2.000 piezas, mostró la más cara: una escopeta de nogal de Armenia y titanio que según Arturo Fernández “vale la friolera de 100.000 euros”. Tiene su nombre grabado y se hizo a medida.
Tras ello, ante las preguntas de la periodista, dijo tener 8 hoteles y 180 restaurantes. Y en el momento en el que se elaboró este reportaje (mayo de 2011), 3.800 empleados. También enseñó su colección de coches, que supera el centenar y entre los que se encuentran dos Rolls Royce, un Mercedes 600, un Cadillac o una limusina que compró en California. Se trata de un “hobby” que empezó “desde pequeñito, desde los 18 años”, dijo el presidente de los empresarios madrileños.
La última parada en este particular ‘tour’ fue el Museo de bebidas Chicote, que ya no se encuentra en la Gran Vía y que según indicó Fernández cuando se puso a la venta “lo compró Ruiz-Mateos, que lo vendió a un millonario americano, y yo se lo compré a través de unas familias”. La colección tiene 25.000 botellas, entre ellas dos diseñadas por Dalí y Picasso que se guardan en una caja fuerte o una de cuando se casó la hija de Franco.
Arturo Fernández, que “en absoluto” se considera rico y que dice que sólo es “rico en amigos”, mostró también su buena relación con Álvarez del Manzano, Ana Botella, Alberto Ruiz-Gallardón o Mariano Rajoy. Todos ellos, junto a Enrique Cerezo, Esperanza Aguirre y Rodrigo Rato, acudieron al Foro ABC en el Casino de Madrid. Aunque la jornada del empresario no acabó ahí. Todavía le quedaba un acto más en el Hotel Ritz y una cena con el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela. “Es una cena santificada”, dijo para justificarse ante las cámaras de Telemadrid por no permitirles grabar este acto.
