La lucha, nada soterrada, que se desencadena desde hace meses entre Alfredo Pérez Rubalcaba, actual secretario general del PSOE y Tomás Gómez, el líder del socialismo madrileño que aspira a tomar el poder en el partido, puede decantarse pronto a favor del primero. Sus partidarios disponen de un arma secreta: la extraña actitud adoptada por Gómez en todo lo relacionado con Caja Madrid y Bankia.
Tomás Gómez llegó a forjar un pacto con Esperanza Aguirre para apoyar la candidatura de Ignacio González como sustituto de Miguel Blesa en la presidencia de la caja madrileña y luego, en un movimiento que fue muy criticado por sus críticos, se pasó con todo el equipo a las filas de Rodrigo Rato, en cuánto este le prometió respetar el acuerdo anterior.
Después, los consejeros socialistas fueron verdaderas tumbas a la hora de denunciar las posibles irregularidades contables de la entidad, o manifestar cualquier reserva ante los dos polémicos procesos posteriores que acabaron por hundir por completo a Caja Madrid, la fusión con Bancaja que dio lugar a la creación de Bankia y la posterior salida a bolsa de ésta.
No obstante, la tibieza y el pactismo con el PP madrileño han sido constantes en la estrategia del PSM en relación con Caja Madrid en los últimos años. El antecesor de Tomás Gómez, Rafael Simancas, tras haber sido ‘traicionado’ por dos diputados socialistas, el famoso ‘Tamayazo’ que le impidió ser presidente de la Comunidad, no tuvo problemas en votar una lista conjunta a Caja Madrid en la que los populares habían incluido a Ricardo Romero de Tejada, un ‘ratista’ a quien había acusado previamente de tener relaciones con los tránsfugas que le hicieron perder la Comunidad de Madrid.
