Los antiguos empleados de Clesa Madrid, perteneciente a Nueva Rumasa, creen que podrían cobrar las nóminas, finiquitos e indemnizaciones que les debe la administración concursal, cantidad que supera los 12 millones de euros, en marzo si la venta de Cacaolat, de la que la firma de productos lácteos posee el 95% de las acciones, se lleva a cabo según los plazos previstos.
Según ha indicado a EL BOLETÍN Luis Muñoz, miembro de la comisión de seguimiento del ERE extintivo de Clesa en representación de CCOO, también integrada por Antonio Vaquero, de UGT, y José Luis del Río, del Sindicato Independiente, tanto los administradores como los trabajadores de la firma madrileña dependen “de la actitud del juez de Barcelona” encargado del concurso de Cacaolat frente al traspaso de la empresa.
El sindicalista ha comentado que si se empiezan a contar desde el pasado viernes, día en que el Tribunal Supremo concluyó que el concurso de acreedores de Cacaolat no debía acumularse al de Clesa, los 30 días acordados “para llevar a cabo la venta física y material” de la firma de batidos a sus próximos propietarios, la alianza integrada por Damm-Cobega y Victory, “cabe la posibilidad que a finales del mes de marzo” los trabajadores de Clesa puedan cobrar las cantidades adeudadas por los administradores.
Todo ello, ha indicado Muñoz, siempre y cuando la Justicia catalana “acelere todos los trámites exigibles por la Ley y envíe el suficiente dinero a Madrid para poder proceder al pago de los finiquitos e indemnizaciones pendientes a los trabajadores de Clesa”, unas cantidades que superan los 12 millones de euros.
La comisión de seguimiento del ERE extintivo de Clesa se reunió ayer, junto a representantes de CCOO y UT, con Ángel Rojo y Luis Pérez Gil, por parte de los administradores, para hablar de la situación financiera de la firma láctea. La administración concursal volvió a confirmar a los trabajadores que seguían “sin dinero” y que dependían de la venta de Cacaolat para poder ingresar las cantidades adeudadas a la antigua plantilla.
Los trabajadores de Clesa ya habían pedido a los tribunales que aclarasen la venta de Cacaolat. Lo hicieron al principio de esta semana, tras conocer que el Juzgado de lo Mercantil número 6 de Barcelona había rechazado la impugnación realizada por Proactiva, dueña de la planta de Letona donde se producen los batidos de Cacaolat, contra la adjudicación de la unidad productiva de esta firma a la alianza integrada por Damm, Cobega y Victory.
Este tribunal consideró que la impugnación no tenía base y constató la “manifiesta desproporción existente” en la pretensión de Proactiva, que quiere dejar sin efecto alguno, obviando el interés concursal, la “continuidad empresarial de Cacaolat, con una plantilla de 418 trabajadores”, una compañía que “satisface puntualmente la renta pactada en el contrato de subarrendamiento de la nave donde se desarrolla la actividad empresarial”.
