Francisco Camps había firmado un pacto de no agresión con los ‘zaplanistas’ después de que tanto el ‘caso Gürtel’ como la ‘Operación Brugal’ salpicara a ambos bandos. Sin embargo, esta tregua ha durado poco. El presidente valenciano se ha cobrado una pequeña venganza al dejar fuera de las listas de Benidorm a Gema Amor, ‘mano derecha’ del líder del ‘zaplanismo’ en el PP regional, Joaquín Ripoll.
El PP de Benidorm refleja como ninguna otra delegación la división latente desde hace muchos años entre el entorno de Camps y de Eduardo Zaplana. Y se produce en un municipio de gran simbolismo para el ex ministro de Aznar, ya que fue allí donde comenzó su carrera política. Camps ha atacado por tanto donde más duele cuando queda un mes para las elecciones autonómicas y municipales. Su decisión debilitará a su rival.
Amor ya ha anunciado que encabezará la candidatura de un nuevo partido, el Centro Democrático Liberal, dado que considera que Camps se cree que el partido “es suyo”. En una comparecencia ante los medios, Amor ha acusado a la dirección regional de instaurar prácticas «mafiosas» y de hacer la vida imposible a Ripoll, de quien asegura es “una bellísima persona”.
A la espera de una reacción por parte del PP valenciano, Génova ha sido rápida a la hora de dar respuesta a esta situación. La vicesecretaria de Organización, Ana Mato, asegura que el partido no tiene problemas internos y ha achacado las diferencias a la decisión de Amor de anteponer sus intereses personales a los de la organización y el municipio.
Por su parte, Ripoll reconoció sentirse “profundamente dolido” por la situación y porque “no se haya podido ser más flexible a la hora de acceder a unas peticiones que no eran excesivas por parte de Gema Amor”. En su opinión, hay muchos culpables y cada uno tiene que asumir su responsabilidad.
