El último ha sido Bernardino León, actual director del Gabinete de Presidencia, que hoy ha sido propuesto formalmente por la responsable de la política exterior de la Unión Europea, Catherine Ashton, como enviado especial de la Unión Europea para la región de Mediterráneo Sur o primavera árabe.
León está considerado como uno de los máximos confidentes de Zapatero en el Ejecutivo. No es extraño ver a ambos corriendo juntos por la mañana en los alrededores de La Moncloa analizando la agenda del presidente o los temas más importantes de la jornada. Su protagonismo en las decisiones de Zapatero no ha pasado desapercibido para diplomáticos de otros países. Así, según los ‘cables’ de Wikileaks que se difundieron hace unos meses se señalaba a León, según El País, como un “interlocutor listo y admirable, muy bien relacionado al que Zapatero escuchar”.
Pero el diplomático no es el único que tiene asegurado su futuro. Sus contactos internacionales también han dado sus frutos para colocar a otra mujer de su Gobierno: Bibiana Aído fue nombrada por la ONU el pasado fin de semana asesora de la Agencia para la mujer, en apoyo de la directora ejecutiva, la ex presidenta de Chile Michelle Bachelet. Menos suerte tuvo el que fuera ministro de Exteriores durante la primera legislatura, Miguel Ángel Moratinos. Cuatro votos le impidieron convertirse en director de la FAO.
Otra dirigente socialista leal a Zapatero, la ministra de Sanidad, Leire Pajín, podría garantizarse un puesto en el Congreso en la próxima legislatura si finalmente el aún secretario general del PSOE la promociona como cabeza de lista por Alicante al Congreso.
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Zapatero sigue recolocando a sus leales