Los últimos casos de corrupción en Valencia, especialmente el que se refiere a una presunta trama en Alicante, ha sembrado la confusión en el PP de la región. Todo apuntaba a que el ‘caso Brugal’ afectaba de lleno al sector ‘zaplanista’ del PP valenciano. Sin embargo, los datos que han ido apareciendo en la prensa señalan directamente a personas de confianza de Francisco Camps, como la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo.
Esta situación está provocando movimientos que en los círculos políticos han llamado la atención. Por un lado, el discurso de los ‘campsistas’ continúa el camino de denunciar una presunta conspiración forjada por el Gobierno, y en particular por Alfredo Pérez Rubalcaba. En este contexto se inscriben las palabras de Castedo en el pleno de hoy del Ayuntamiento en las que aseguraba que ”un tal Alfredo” de altas instancias del Gobierno central aparecía en el sumario del ‘caso Brugal’.
En esta misma línea, la portavoz del Gobierno valenciano, Paula Sánchez de León, denunció que la investigación del ‘caso Brugal’ es un “montaje” para generar “confusión”. Por contra, en Génova el discurso es distinto: será la Justicia la que decida quienes son culpables. Lejos queda el discurso de la presunción de inocencia que antes enarbolaban sus dirigentes al referirse al ‘caso Gürtel’. Un claro gesto de desmarque ante la presunta implicación de Castedo y otros cargos del PP valenciano en el caso.
Zaplana
En medio de esta confusión, el líder ‘zaplanista’ Joaquín Ripoll, imputado en la causa, ha coincidido en que la Justicia decidirá, pero recuerda que se deben dar explicaciones públicas. Algo que él hizo cuando se desveló su presunta implicación. Ripoll hace estas declaraciones poco después de que Eduardo Zaplana reapareciera para mostrar su “pena” por la situación en Valencia.
