El presidente de CiU, Artur Mas, se ha mostrado dispuesto a pactar con el PP si tras las elecciones catalanas no logra sumar la mayoría absoluta. En declaraciones a Catalunya Ràdio, el candidato de Convergencia a la Presidencia de la Generalitat, aclaró que si tiene que pactar lo hará sólo con un partido, descartando la posibilidad de un ‘tripartito’, y apostó por hablar con todas las formaciones, incluido el PP.
“Miraremos los programas a ver qué coincidencias hay”, señaló. En este sentido, recordó que el “mayor rédito” para el autogobierno se consiguió en 1996, después de que su formación pactara con el PP, un acuerdo que permitió a José María Aznar ser elegido presidente del Gobierno.
Lejos queda ya la visita de Mas al notario en la anterior cita electoral en la que se comprometió por escrito a no pactar con los populares si no retiraban su recurso contra el Estatut ante el Tribunal Constitucional.
El candidato de CiU insistió en que si gana las elecciones negociará un nuevo sistema de financiación para Cataluña que podría ir encaminado a lograr un concierto económico como tienen Navarra y el País Vasco. En este sentido, ayer Mas pidió ayuda a los empresarios catalanes en un discurso pronunciado en la Cámara de Comercio de Barcelona. Sin citar expresamente el concierto económico, el líder de la federación nacionalista apostó por un nuevo modelo fiscal similar al vasco y el navarro. No obstante, este compromiso electoral podría esperar hasta después de las elecciones generales de marzo de 2012, para negociarlo con el nuevo Gobierno, ya sea del PP o del PSOE.
El líder de Unió Democrática de Catalunya y portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida, ha advertido en una carta a la militancia de que el “núcleo duro” de la propuesta electoral de CiU para Cataluña no debe ser el soberanismo, sino “la eficacia en la gestión y los asuntos relacionados con la economía y el bienestar”. Así, reconoce que hay “un sector de ciudadanos” con “anhelos de ir segando cadenas sin fijarse ningún límite” en el autogobierno, pero cree que “hemos de huir de aquellos callejones sin salida que puedan dejar de ser atractivos o creíbles al núcleo más importante”.
