La posibilidad de que los socialistas de Móstoles, cuya agrupación fue disuelta por irregularidades, puedan votar en las primarias del PSM, ha elevado más aún la tensión entre los dos aspirantes a encabezar la lista a la Comunidad de Madrid: Tomás Gómez y Trinidad Jiménez. El entorno de Gómez cree que si la dirección nacional del partido permite el voto a los afiliados suspendidos se favorecería a Jiménez y por tanto se acabaría con la limpieza del proceso.
El portavoz de la Plataforma de Apoyo a Tomás Gómez, Eusebio González, aseguró a Europa Press que la mayoría de los afiliados de Móstoles son favorables a la candidatura de Jiménez y recuerda que la dirección regional detectó importantes «deficiencias democráticas y una afiliación inflada con personas que no eran ni trabajaban en Móstoles” y por ello fue disuelta.
El debate sobre su derecho a voto surgió a raíz de que 140 militantes que pertenecían a la agrupación mostoleña solicitaran que se permita participar en las primarias a 700 afiliados socialistas del municipio madrileño. La Comisión de Ética y Garantía Federal del PSOE, que tenía previsto reunirse hoy, tendrá la última palabra. Su presidenta, Carmen Hermosín, considera «excepcional» la situación y “razonable” la petición de los 140 militantes, ya que hace dos años que la agrupación fue disuelta y el conflicto debería haberse resuelto antes. “Lo que no se puede hacer es tener una agrupación suspendida sine die”, añadió.
La portavoz socialista en el Ayuntamiento de Móstoles, Paz Martín, que sí puede votar por tener un cargo público, sin embargo, está en contra de que se permita el voto a los militantes del municipio al sostener que restaría limpieza y transparencia al proceso.
