Soraya Sáenz de Santamaría se estrena como oradora en la Convención del Partido Popular en Barcelona sobre la unidad de España. El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, quiere acabar con la lucha que se ha desatado en las filas del PP por la corrupción que ha sumido al partido en la división. Cansado de los constantes roces, incluso ataques personales, que dirigentes populares han protagonizado estas últimas semanas, Rajoy se ha propuesto ‘vender’ una imagen de unidad. Para ello, ha ‘reclutado’ a Soraya Sáenz de Santamaría para un acto en Barcelona.
La vicepresidenta del Gobierno en funciones participa este sábado en la convención del PP en Barcelona sobre el ‘Pacto por el fortalecimiento institucional’ en la que se defenderá la unidad de España. Algo que es toda una novedad. Desde que terminó la pasada campaña electoral, Santamaría apenas se había dejado ver en actos de esta ‘categoría’, ya que sí que ha participado en algún evento, pero más ‘regional’ como su presencia esta semana en la Junta Directiva de los populares de La Rioja.
Además de asistir, la ‘número dos’ del Ejecutivo tiene reservado un papel protagonista en esta convención, ya que es la encargada de moderar la mesa de debate ‘Consensos para la Unidad’ en la que participa José Bou, presidente de la Asociación de Empresarios de Cataluña, y Pierre Lequiller, vicepresidente de la Comisión de Asuntos Europeos en la Asamblea Nacional de Francia y secretario nacional para Europa de Les Republicains.
Santamaría comparte escenario con el propio Rajoy, pero también con la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, así como con varios de los vicesecretarios del partido. Una oportunidad que el presidente del Gobierno en funciones quiere aprovechar para imponer la paz en las filas populares después de que algunos jóvenes portavoces hayan levantado la voz criticando la respuesta a los casos de corrupción. En especial, por la gestión del ‘caso Rita Barberá.
A pesar de que el propio Rajoy ha tratado de calmar personalmente a algunos vicesecretarios enviándoles mensajes de tranquilidad, el malestar continúa. De ahí el nuevo intento del líder del Partido Popular por escenificar que ‘son una piña’. Y más ahora que gana peso la posibilidad de unas nuevas elecciones generales.
La ruptura entre el PSOE y Podemos escenificada este viernes en el Congreso de los Diputados complica, y mucho, el objetivo de Pedro Sánchez de llegar al Palacio de la Moncloa. Sin el apoyo de los de Pablo Iglesias, a los socialistas les quedarían dos opciones: prepararse para la repetición de elecciones -previstas para el 26 de junio- o esperar a que Albert Rivera logre convencer al PP para que, por lo menos, se siente a negociar. Un escenario, este último, que parece ‘misión imposible’.
Esto ha provocado que en el seno del Partido Socialista y de la formación naranja se haya instalado ya la idea de que habrá nuevas elecciones. Una tesis que también se escucha en las filas populares y que ha hecho que Rajoy quiera tener a los suyos tranquilos para afrontar una segunda campaña electoral en menos de seis meses.
