La percepción de la corrupción en España empeora al ritmo de Turquía, Brasil o Libia

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La percepción de la corrupción en España empeora al ritmo de Turquía, Brasil o Libia

Bandera de España

España se deja seis puestos en los últimos cuatro años en el índice de Transparencia Internacional sobre la corrupción percibida por los ciudadanos en el sector público de sus países. La movilidad es poca en la lista de los 168 países incluidos analizados en el Índice de Percepción de la Corrupción elaborado por Transparencia Internacional. Durante los últimos cuatro años, dos grupos de países han modificado su posición respecto a la corrupción percibida por sus ciudadanos en el sector público.

Entre los que han empeorado destacan España, Turquía, Australia, Libia y Brasil. Este último se lleva la palma al caer siete posiciones desde 2012, “como consecuencia probable del escándalo de Petrobras”, apunta el informe. España cae uno menos: ha pasado de ser el país número 30 en 2012 a descender hasta el puesto número 36 durante el pasado año.

Por delante de España en percepción de corrupción, algunos estados europeos menores como Letonia, Polonia, Lituania o Eslovenia. La puntuación que España alcanzó en el primer año de Gobierno del PP de Mariano Rajoy fue de 65. Una vez llegados a 2015 la nota para el país cae a 58 puntos.

En el lado contrario, hay países a los que estos últimos cuatro años han servido para mejorar su reputación en la lucha contra la corrupción de cara a sus ciudadanos. Es el caso de Grecia, Senegal y Reino Unido. “Por otra parte, países como Guatemala, Sri Lanka y Ghana, son ejemplos de cómo la ciudadanía y la sociedad civil han unido esfuerzos para combatir de forma efectiva la corrupción” señala el índice.

El modelo nórdico ocupa el pódium de este ránking: Dinamarca, seguida de Finlandia y Suecia se quedan con los tres puestos ganadores. Somalia y Corea del Norte vuelven a ser los estados con los sectores públicos más corruptos. El índice se construye con la valoración de la “percepción de empresarios y analistas de país, entre 100 y 0.

“España tiene un problema de corrupción política muy serio y se tiene que afrontar de manera integral y sin parches”, analiza el índice para el caso español. “Los efectos sobre la imagen de España de estos datos son negativos, sus efectos sobre posibles inversiones podrían también dañarnos. La crisis política y la debilidad institucional pueden ser un problema para la continuidad de las reformas, pero pueden ser una oportunidad para el cambio profundo y la llegada de nuevas fuerzas realmente comprometidas con la transformación institucional que se necesita en este terreno”.

“El Índice de Percepción de la Corrupción de 2015 muestra claramente que este fenómeno sigue asolando al mundo”, ha manifestado José Ugaz, presidente de Transparency International. “No obstante, 2015 también fue un año en el cual las personas nuevamente salieron a las calles para protestar contra la corrupción. A nivel global, el público envió un mensaje contundente a quienes están en el poder: es el momento de hacer frente a la gran corrupción”.

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