Los independentistas confían en que la CUP facilite la hoja de ruta hacia la independencia. La plaza del Born de Barcelona fue el escenario donde centenares de simpatizantes de Junts pel Si celebraron la victoria de «su» partido en las elecciones catalanas. Los abrazos, la música y el baile se sucedieron hasta más allá de la medianoche. Los gritos de “Independencia” y las felicitaciones se mezclaban con cerveza, y todo parecía ir bien. Sin embargo, los músicos se fueron y el ambiente se enrareció.
La gente se agrupó para hablar de los resultados, y sus reflexiones, más que triunfalistas, se llenaron de un sentimiento agridulce.
“No hay vuelta atrás”
“Estoy contento, pero no del todo. Hemos ganado, de eso no hay duda, pero no hemos conseguido la mayoría de los votos, y eso supone un clavo ardiendo al que se agarrarán desde España para ignorar los resultados”, lamenta Jaume, un estudiante de biología que ha venido a la plaza con sus compañeros de Universidad. Para ellos el proceso de independencia no debe dar marcha atrás, porque han sido unas elecciones parlamentarias y han conseguido la mayoría absoluta, dicen.
Implícitamente unen a la CUP con Junts pel Si, algo que para Carme no será tan sencillo. “Si fuera ERC seguro que pactaban. Pero con Convergéncia y con Artur Mas de por medio lo veo muy complicado. Creo que acabará sucediendo, pero no lo veo con Mas de President”, asegura. Esa misma posición comparte Jordi, aunque él cree que tanto la CUP como Junts pel Sí acabarán cediendo “por el bien del país”.
De momento, el partido independentista y de izquierdas ya ha adelantado que “nadie es imprescindible”, en clara alusión a Artur Mas. Además, en su discurso post electoral varios de sus miembros hablaron de socialismo, de la lucha en favor de la clases populares y trabajadoras, del feminismo, de la república y de la desobediencia, algo que se aleja mucho de las teorías políticas de Convergéncia.
“Será un Gobierno normal. Junts pel Si se apoyará en la CUP para determinadas cosas y en otros partidos para otras. Lo que está claro es que ambos coinciden en la hoja de ruta, y ese es el camino a seguir”, afirma Xavier. Es arquitecto y agradece a Mariano Rajoy su trabajo por la independencia de Cataluña. “Debemos estar agradecidos a Rajoy. Yo no quiero que se vaya, es lo mejor que nos puede pasar. Sus políticas de no cambiar nada y de despreciarnos no hace más que sumar adeptos a los partidos secesionistas”, declara.
Marta y Nuria han venido de Badalona para celebrar la victoria del “si”, dicen. Aseguran que la CUP apoyará a Junts pel Si porque “no hay vuelta atrás” en el proceso de independencia, “aunque haya un pacto fiscal”. Creen que el Estado español va a coger con pinzas “el tema de la mayoría de votos” para hacer creer que ha sido una derrota del independentismo.
Además, como varias personas con las que hemos hablado, Marta y Nuria creen que hay muchos independentistas entre los votantes de Catalunya Sí Que Es Pot e incluso PSC, por lo que “debería hacerse un referéndum para saber a ciencia exacta cuántos somos de un lado, y cuántos del otro”, concluyen.
Otros como Miquel confían en la puesta en marcha de la hoja de ruta “a pesar de los resultados”. Confiesa que tiene un sentimiento “agridulce” ya que a pesar de vencer con mayoría absoluta, los independentistas no han conseguido la mayoría de los votos. Sin embargo, Miquel recuerda que son unas elecciones parlamentarias, y que “son los escaños lo que cuenta”. Algo que posiblemente no contaría, intuyo, si la mayoría fuera de votos y no de escaños.
La noche se escapa, y la sensación que transmiten los simpatizantes de Junts pel Si es de “si pero no (sé)”. Saber si la CUP se hará de rogar y conocer la reacción de “Madrid” a los sucedido monopolizan casi todas las pocas conversaciones que quedan. Todos quieren la independencia sin mirar atrás, pero saben que sin el 50% de los votos no será tan fácil convencer, ni convencerse.
