Los posibles daños sanitarios – como filtraciones y vertidos de aguas tóxicas – no pueden ser valorados cuando el permiso de investigación es concedido, según el Gobierno, sino cuando se aprueban trabajos específicos. Los permisos de investigación de hidrocarburos en Burgos, Álava, Albacete y Murcia han sido rechazados por el Consejo de Ministros. El total, 9 recursos han sido denegados, entre los que se encuentra el permiso `Urraca´, en el que se denuncia que las investigaciones perjudicaban a los parques naturales, una demanda muy similar a la del permiso `Leo´, que afecta a la Ley del Patrimonio Natural.
Los expedientes presentados como parte de la documentación de estas solicitudes de investigación son incompletos por carecer de información y participación públicas, según los recurrentes. Además, fueron concebidas sin la evaluación previa de impacto ambiental y la concesión de los permisos transgredía la legislación sectorial respecto al dominio público hidráulico.
El rechazo de los recursos presentados en las diferentes provincias españolas se justifica con la Ley de 2006 y el Convenio Aarthus. La primera no se encarga de regular el acceso a los derechos de información y participación en materia de medio ambiente y el segundo tampoco contiene la obligación de los poderes públicos de autorizar la participación en el procedimiento de nombramiento de un permiso de investigación, ni siquiera el derecho del público (entendido como persona física o jurídica, asociaciones, organizaciones y grupos) a la citada participación.
Los informes no contenían un programa de evaluación de impacto ambiental por lo que el Ejecutivo ha señalado que el permiso no autoriza de manera automática ningún tipo de trabajo y concede la exclusividad a su titular para poder investigar la existencia de hidrocarburos. Es por ello que no pueden ocasionarse daños ni al medio ambiente, ni a la salud humana ni a la Red Natura, ya que si hubiera daños serían consecuencia de los trabajos específicos del programa de investigación del permiso y éstas tiene que advertir del posible impacto ambiental.
La técnica del fracking – o fractura hidráulica – ha posicionado a EEUU como primera potencia productora de gas y petróleo a nivel mundial, por delante de Rusia y Arabia Saudí. Los grupos ecologistas han advertido sobre los peligros que ocasiona este sistema relacionados con los riesgos ambientales y sobre la salud de las personas.