Sanidad no está a favor de obligar a vacunar

Vacunación infantil

Sanidad no está a favor de obligar a vacunar

Alfonso Alonso, ministro de Sanidad

El ministro de Sanidad coincide con la mayoría de la comunidad médica en que la concienciación es más efectiva. El ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, ha manifestado no ser partidario de establecer la obligatoriedad de la vacunación infantil en España. Durante la inauguración del Congreso anual de la Fundación másHumano, el titular de Sanidad ha manifestado que el sistema de recomendación “ha garantizado un nivel altísimo de protección” en nuestro país.

La opinión del ministro es también la más generalizada entre la comunidad médica, que entiende que el Calendario de vacunación infantil basado en la responsabilidad de los padres y la solidaridad es mucho más efectivo, a largo plazo, que establecer la vacunación obligatoria.

Alonso ha recordado que el actual sistema ha permitido alcanzar “niveles de vacunación casi del 97%, un dato por encima de países donde la vacunación es obligatoria” y ha valorado como ajenos a los principios de la sanidad española aquellos modelos que, en otros países, intervienen legalmente en decisiones sobre salud.

El Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (AEP) cree que “la instauración oficial de una obligación legal de vacunar podría provocar sentimientos negativos hacia las vacunas en la sociedad”. La organización dice observar con preocupación un leve descenso en los porcentajes de niños vacunados, desde un 97% o 96% hasta un 95%, pero considera que la vía más eficiente es la información.

Concienciar e informar es el procedimiento más común en la Unión Europea, aunque sí es obligatorio vacunar a los niños enlos países de Europa del Este, Grecia, Italia y Francia. Algunos de ellos han sufrido brotes de enfermedades que se pretende erradicar, como el sarampión, paperas o tétanos.

La AEP propone que los padres “anti vacunas” deban firmar un documento de “no aceptación de la vacunación, reconociendo su responsabilidad por las posibles consecuencias médicas, éticas y legales”. “La llamada a la responsabilidad de los padres “debe complementarse con la máxima exigencia y esfuerzo de las autoridades” para desarrollar “vacunas mejores y más seguras”, zanja la AEP.

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