La filial de la italiana Enel será la responsable del servicio por al menos dos años, por lo que perdurará tras la marcha de la actual regidora municipal. El Ayuntamiento de Madrid estrenará proveedor energético el próximo 1 de enero. El consistorio que rige Ana Botella ha adjudicado el suministro eléctrico de sus instalaciones a la comercializadora de Endesa, la compañía filial de la italiana Enel recientemente vaciada de sus activos más valiosos y rentables.
Aunque la actual alcaldesa popular ha anunciado que no se presentará a las elecciones municipales del próximo año, su legado eléctrico la perpetuará. Y es que, el contrato confiado a Endesa se extiende para los próximos dos años, con opción de que se extienda por un tercero, según ha informado la filial de Enel en un comunicado al respecto de la adjudicación.
Con esta operación, la eléctrica controlada desde Italia se hace con el mayor contrato en su tipología de toda España. El volumen de consumo anual del consistorio madrileño es de 171 gigavatios por hora repartidos en 187 puntos de media tensión y 1.355 puntos más de baja que dan servicio a las múltiples dependencias municipales y a sus organismos dependientes.
Endesa ha resultado victoriosa de una puja a la que se habían presentado otras dos comercializadoras eléctricas más. Y lo ha hecho por un montante de 56 millones de euros que incluye el programa de gestión preferente para clientes multipunto desarrollado por la compañía en el año 2009, que ofrece atención personalizada e informes periódicos de facturación, contratación y actividad.
El principal objetivo de este servicio es detectar posibles focos de ahorro. Un punto que podría haber sido decisivo también a la hora de adjudicar el suministro eléctrico a Endesa, pues cabe recordar que las últimas adjudicaciones firmadas por el equipo de Ana Botella se han otorgado a los precios más bajos, aun a pesar de los recortes de servicio y empleos que este movimiento ha acarreado, tal y como ha ocurrido en los servicios de limpieza, jardinería y recogida de basuras.
Se da además la circunstancia de que Endesa acaba de culminar un amplio proceso de reestructuración de capitales y negocio que ha servido para nutrir las arcas de la matriz Enel. En este marco de operaciones, la marca española del grupo ha sido vaciada de todos sus activos latinoamericanos, que han pasado a una filial de control directo desde Italia, además se han producido varios repartos de dividendo para repatriar caja fuerte y se ha limitado el negocio de la compañía al mercado ibérico, mucho menos rentable que los emergentes hacia los que apuntaba la firma antes del golpe de timón de la matriz transalpina.







