Lo que se preveía el punto final de la división interna en el PP y el día en el que Mariano Rajoy iba a reafirmar su liderazgo no ha sido tal. A pesar de que el líder popular ha advertido en el Comité Ejecutivo del partido que “no habrá próxima vez”, en referencia a las polémicas de las últimas semanas, Aguirre ha vuelto a desafiarle. Primero con su ausencia en la reunión y, segundo, acusando a la cúpula popular de tratar por igual a la víctima y al agresor, en referencia a ella y a Manuel Cobo. Rajoy ni siquiera ha querido enfrentarse a los medios de comunicación y ha dejado en manos de María Dolores de Cospedal la rueda de prensa posterior.
La agenda de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, estaba completa hoy y no asistió al Comité Ejecutivo. A primera hora de la mañana, cuando comenzaba la reunión en Génova, que se alargaría casi cuatro horas, se encontraba inaugurando una guardería en Majadahonda. A este acto acudió acompañada de la consejera de Educación y presidenta del PP de Chamartín, Lucía Figar, casada con Carlos Aragonés, quién fue responsable de Gabinete de José María Aznar cuando era presidente del Gobierno.
Después se trasladaba a Leganés para inaugurar un centro deportivo. Fue allí donde Aguirre declaró, tras conocer los detalles de la reunión, que “da la impresión de que la agredida, la víctima, que soy yo, se coloca al mismo nivel que el agresor”, en referencia a las palabras de Manuel Cobo. La ‘lideresa’ debió saber de la mano de su consejero de Sanidad, Juan José Güemes, quien sí acudió a Génova, el contenido de la reunión de la cúpula popular. Precisamente, Güemes, quien además es yerno de Carlos Fabra, salió en defensa de su ‘jefa’ tras escuchar la intervención del vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo, quien, aunque reconoció que su actuación no había sido la correcta, no se retractó de sus palabras e incluso sacó a colación el presunto espionaje en la Comunidad de Madrid llegando a afirmar que ha tenido miedo por él y por sus hijos.
Hasta un total de 26 intervenciones han tenido lugar durante la reunión en la que, según María Dolores de Cospedal, ha habido unanimidad en torno a dos cosas: que no se vuelvan a repetir las situaciones de las últimas semanas y la necesidad de plantear una alternativa de Gobierno.
La secretaria de Organización del PP se mostró esquiva a la hora de responder a cuestiones concretas durante la rueda de prensa posterior al Comité Ejecutivo. No quiso valorar la intervención de Cobo y aseguró respaldar completamente los cambios en el PP valenciano. No obstante, preguntada por las palabras de Aguirre, señaló que, en caso de que sea cierto que la presidenta regional haya afirmado que se ha igualado a víctima y agresor, no comparte esa apreciación.
La intervención de Rajoy en la reunión, difundida posteriormente a los medios, fue más contundente, aunque sin entrar en casos concretos. Tras dejar claro que “no habrá próxima vez”, advirtió que es “inadmisible que se fuerce a cargos del partido o a representantes del mismo en instituciones públicas para que firmen un documento que exige lo que sea al Comité de Derechos o a la Dirección”, un mensaje claro a los alcaldes que impulsaron un manifiesto en favor de Aguirre tras la entrevista de Cobo en El País.
Cospedal dejó claro que el Comité de Garantías del partido, ante el cual mañana comparecerá Manuel Cobo, es independiente. No obstante, Rajoy, en su discurso, dejó claro que no son admisibles declaraciones públicas sobre compañeros de partido o sobre cuestiones internas así como el incumplimiento de los estatutos.
La tensión ha sido la verdadera protagonista del Comité Ejecutivo del PP celebrado en Génova. Una hora antes de que Mariano Rajoy tomara la palabra y aleccionara a los suyos conque ‘una y no más’, medio centenar de periodistas hacían guardia en las puertas de la sede popular a la espera de ver la entrada de los integrantes del comité.
Al acercarse la hora del inicio de la reunión, la tensión ha ido en aumento. Empujones y gritos entre los periodistas ‘acompañaban’ la entrada de los populares, situación que se ha visto acrecentada con los gritos que un grupo de ciudadanos, algunos militantes del PP, les dedicaban al alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, y a su número dos, Manuel Cobo. “Sinvergüenza”, “vete a Ferraz, socialista” eran algunas de las frases de estos espontáneos. El propio Francisco Camps tampoco se ha salvado de esta situación y ha sido increpado.
Las horas se iban sucediendo, la inquietud por la espera también. A las dos de la tarde responsables de prensa del PP aconsejaban a los ‘guardianes’ que esperaban a los populares que se fueran a por un bocata. “Esto va a tardar” aseguraban.
Tras cinco horas de reunión, a las tres los cargos del PP iniciaban su salida. Los empujones e incluso algún intento de agresión se sucedían entre los cámaras que intentaban tomar la mejor imagen. Luchas, que sólo encontraban el silencio de los populares o poco más de dos frases evitando mencionar conflictos en el seno del partido.
La tensión se ha vuelto decepción cuando María Dolores de Cospedal iniciaba, con la presencia de su marido en la misma sala, una rueda de prensa sin contenido.
El presidente del PP en Alicante, José Joaquín Ripoll, líder del sector ‘zaplanista’, insiste en mantener abierta la división interna en el PP valenciano. Después de criticar ayer ante los medios la reestructuración impulsada por Francisco Camps, sobre la que votó en contra en la reunión de la ejecutiva, Ripoll ha señalado hoy que, en su opinión, que un partido “tenga que imponer leyes del silencio” le parece “de otros tiempos y de otros lugares”.
Ripoll se refería a la advertencia de ayer de Camps de que quien hable de cuestiones internas en los medios tendrá consecuencias. El líder de los ‘zaplanistas’ no sólo ha rechazado esa ‘ley del silencio’, sino que ha advertido a Camps que trasladará a los medios “aquellas cosas que considere que en cada momento les pueda trasladar”.
El dirigente popular alicantino insistió en que “esas manifestaciones que se hicieron ayer no son las más afortunadas que puede tener un partido”, puesto que “la disciplina se impone con disciplina, no con declaraciones”.
