El presidente de la patronal madrileña dice estar haciendo “grandes esfuerzos” para mantener los 1.400 empleos de su empresa, Grupo Arturo Cantoblanco. El panorama al que se enfrentan los trabajadores de Arturo Fernández se complica cada vez más. Los empleados de Grupo Arturo Cantoblanco se han echado hoy a las calles para exigir al presidente de CEIM el pago de las nóminas atrasadas, y han obtenido una respuesta del empresario: ha asegurado que pagará, pero también ha dicho que los ingresos se realizarán entre septiembre y noviembre. Es decir, en el peor de los casos los afectados tendrán que esperar hasta tres meses para cobrar.
En un comunicado que ha emitido el Grupo Arturo Cantoblanco, y del que se hace eco Europa Press, se afirma que tiene previsto pagar los atrasos al personal en unos meses. Concretamente, explica que su intención es impulsar un acto de conciliación para “pagar las nóminas atrasadas entre septiembre y noviembre de este año, de quienes han sido trasladados a otras empresas”.
Se refiere a los más de 400 empleados que, como explica, fueron traspasados la semana pasada a dos grandes empresas de catering con las que Grupo Arturo Cantoblanco llegó a un acuerdo. Asimismo, remarca que en tan solo ocho días se ha recolocado a 600 trabajadores.
Y no se queda ahí, ya que la empresa de Arturo Fernández alega también estar haciendo “grandes esfuerzos” para mantener los 1.400 puestos de trabajo actuales, repartidos entre gasolineras, hoteles, hospitales y colegios en los que el grupo presta sus servicios.
Además, recuerda que hace un año invirtió 12 millones de euros en su centenar de establecimientos, a la espera de culminar la entrada de nuevos socios, que nunca se llegó a producir. Y fue ante esta situación que se decidió iniciar un plan para “reorganizar la empresa, que pretende saldar las deudas, recolocar a sus empleados y evitar los despidos de la plantilla”.
En su nota, el grupo reitera su su deseo de negociar con CCOO, que hoy mismo ha convocado una protesta contra los impagos frente a la sede de la patronal madrileña CEIM, que precisamente preside Arturo Fernández. Una movilización que ha sido secundada por decenas de trabajadores del grupo, que exigen el pago de sus salarios y la readmisión de los más de 40 compañeros despedidos tras el cierre de los centros de trabajo de Orange y la Escuela de Organización Industrial (EOI).
