Pérez Tapias: “El PSOE se tiene que reubicar claramente en la izquierda”

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Pérez Tapias: “El PSOE se tiene que reubicar claramente en la izquierda”

José Antonio Pérez-Tapias, candidato a la Secretaría General del PSOE

El doctor en Filosofía pugna con Eduardo Madina, Pedro Sánchez y Alberto Sotillos por la Secretaría General del partido con la promesa de que, de salir elegido, no se presentará a las primarias. José Antonio Pérez Tapias ha presentado su candidatura a la Secretaría General del PSOE ante el “proceso de declive” en el que se encuentra el partido que, en su opinión, hace más necesario que nunca presentar “nuevos proyectos que contribuyan a levantar la situación del partido”. “Una renovación profunda” que pasa porque el Partido Socialista se reubique “claramente en la izquierda, que es dónde debe estar el PSOE porque es su razón de ser”.

El reto del exdiputado en la última legislatura de Zapatero y doctor en Filosofía no es nada fácil. Él mismo lo admite, pero no por ello cesará en su empeño de reabrir el partido a la militancia y de recuperar la confianza perdida, algo que se logrará “si las cosas se hacen bien” en el congreso extraordinario de julio.

Antes de este cónclave y a la espera de recoger los casi 10.000 avales necesarios, Pérez Tapias ha hecho un hueco en sus múltiples actos con militantes socialistas por toda España, dónde va en autobús, medio que refleja la sociedad, según él mismo afirma, para conceder a Elboletin.com una entrevista.

¿Qué le ha llevado a presentarse a la carrera por la Secretaría General del PSOE?

Lo que me ha llevado a presentar mi candidatura es la situación en que se halla nuestro partido, en la que se halla el Partido Socialista. Como vamos constatando, sobre todo a través de las distintas convocatorias electorales, estamos en un proceso de declive y no nos podemos permitir seguir de esa manera. Es el momento de presentar nuevos proyectos que contribuyan sin duda a levantar la situación del partido.

En este caso creo que hay que hacer un proyecto de una renovación en profundidad y acometer todo un proceso de reconstrucción de ese proyecto socialista que está muy desdibujado después de esas convocatorias electorales y después de todos los años que hemos vivido, tanto en la última etapa del Gobierno de Zapatero como en estos años de oposición a través de los cuáles parece que no hemos logrado presentar un perfil nítido como partido de izquierda, como partido que pueda suponer una alternativa consistente y sólida frente a las políticas de la derecha.

Naturalmente esa situación es la que me ha llevado a presentar una candidatura a través de la cual se canalice toda una visión de los que debe ser el proyecto socialista.

Para ser esta alternativa, ¿qué propone?

Hay que abordar cuestiones de mucho calado, tanto desde el punto de vista económico, social, como también atender a ese frente que tenemos tan complejo que es la crisis institucional de nuestro Estado. Hay que acometer una reforma constitucional en profundidad que incluso me atrevo a plantear como un proceso constituyente.

En cuanto a lo primero, la redefinición del proyecto soberanista tiene que empezar diseñando unos planteamientos económicos acordes con las políticas de transformación y unas políticas que vayan apuntando a la reconstrucción social que nuestro país necesita. Vivimos en un país y una sociedad que está realmente muy dañada por unas políticas neoliberales que también pueden calificarse de antipolíticas porque son destructivas del tejido social, pero también erosionan las instituciones, recortan derechos y menguan la democracia.

Todo ello exige respuesta decidida, rotunda de un partido que se tiene que resituar claramente en la izquierda y eso es el centro de gravedad de nuestra propuesta.

¿Qué pasó al PSOE para perder las elecciones? ¿Ha perdido la conexión con los votantes, con la calle?

Dada la magnitud de la derrota se hace patente que no hemos logrado reconstituir esa imagen, de un partido que esté capacitado para la alternancia porque presenta alternativas. Estas cosas no funcionan mecánicamente, hay que ganar, hay que merecer el voto de la ciudadanía y recuperar el electorado perdido.

Reconocemos que hay una crisis de credibilidad que nos afecta profundamente, eso tiene que ver con personas, equipos, con modos de comunicarse con la sociedad o de no lograr esa comunicación, pero en el fondo también una cuestión de propuesta política que, por otra parte, es obligado reconocer que no sólo afecta al PSOE. Ahí tenemos el panorama de la socialdemocracia europea que también presenta un déficit notable.

Cuesta mucho trabajo articular propuestas en común. Nos encontramos con una UE en la que han florecido los nacionalismos populistas y xenófobos, pero también, por otro lado, ha nacido un nacionalismo económico que no deja de funcionar desde la misma Alemania hasta otros muchos estados.

Nosotros mismos tenemos que ser muy conscientes de que las reformas que queremos y son necesarias no pueden acometerse en un solo país aisladamente, sino en coordinación. En nuestro caso en alianza con otras izquierdas, por eso apostamos por contribuir a la articulación de esa pluralidad de la izquierda que es donde pensamos que el PSOE tiene una importante tarea que hacer.

Hay quién dice que el PSOE ya no representa a la izquierda española, ¿qué le diría a esas personas?

Si yo estoy en el Partido Socialista como muchos compañeros es porque pensamos que es de izquierda y que este partido nuestro tiene posibilidades reales de esa reubicación en la izquierda de la manera que pensamos que debe ser. Los que trabajamos en la candidatura lo hacemos para ofrecer una propuesta para esa reubicación en la izquierda que es dónde debe estar el PSOE porque es su razón de ser.

Bien es verdad que la socialdemocracia se ha visto contaminada por planteamientos neoliberales pensando que se podían hacer políticas sociales sin tocar la economía y hoy vemos que no. Hay que hacer política económica socialdemócrata si queremos políticas sociales socialdemócratas. No podemos dejar que la economía vaya por sus propios derroteros confiando en esa supuesta autorregulación de los mercados, porque eso no es así y estamos pagando las consecuencias de esas premisas falsas del neoliberalismo.

Eduardo Madina, Pedro Sánchez, Alberto Sotillos. ¿Qué piensa de sus rivales?

Tengo que felicitar a todos ellos por facilitar ante la militancia que tengamos un proceso con concurrencia de candidaturas y, además, candidaturas de las que hay que esperar que no sean una cara, una imagen o un lema, sino que vengan aportando programa, un proyecto, ideas, nuevas formas de organización.

Nosotros tenemos propuestas que creemos que son muy necesarias como una clara distinción entre lo institucional y lo orgánico para que el partido nunca pierda su voz, su capacidad de debate, su capacidad de crítica. Y en este sentido subrayo un compromiso que he adquirido públicamente y es que si salgo secretario general, este secretario general no se presentará a las primarias para la candidatura a la Presidencia del Gobierno. Es la manera de garantizar la imparcialidad para que esas primarias concurran como la ciudadanía espera.

Entonces, ¿habría primarias si usted es secretario general?

Seguro, absolutamente cierto. Primarias abiertas, imparciales, transparentes.
Todo lo que la ciudadanía espera de un proceso de estas características. Tenemos que ser conscientes de que la ciudadanía está muy hastiada de ciertas formas políticas, pero no tiene tanta desafección, sino posición crítica respecto hacia determinadas políticas y procedimientos que presentan un déficit democrático que tenemos que salvar cuanto antes.

¿Tendrá Susana Díaz un papel relevante en la elección del nuevo secretario general?

Yo creo que ha sido muy inteligente en la decisión que ha adoptado, se ha inclinado por lo más razonable que podía y debía hacer, porque la Presidencia de la Junta y la Secretaría General del PSOE en Andalucía son dos cargos de mucha responsabilidad y mucho trabajo. No sólo ella, sino la federación andaluza en el congreso va a tener un papel destacado por razones obvias: su censo, su relevancia política, su posición de gobierno en alianza con IU en la Junta, lo cual es muy importante.

Que tenga un papel destacado es de esperar. Ahora bien, yo confío y creo que va a cumplir lo que ha dicho y va a adoptar una posición neutral ante las diferentes candidaturas y esto contribuye a un congreso abierto y participativo.

¿Aceptaría un debate con el resto de candidatos?

Cuanto más debates y cuanto más abiertos, mejor. Los asuntos internos de un partido político no son sólo del partido, sino también de la ciudadanía. El partido hay que devolverlos a los militantes, darle más protagonismo a las bases, propiciar al máximo esa participación. El partido se debe a la ciudadanía y cuanto más abierto mejor.

Estaría encantado de tener esa conversación, ese intercambio de pareceres con Eduardo, Pedro y Alberto, los cuatro que hasta ahora estamos en la campaña electoral interna.

¿Monarquía o República?

He subrayado el componente republicano del partido y mis convicciones políticas como socialista además son republicanas y no es sólo una convicción personal, sino que la compartimos muchos porque ese republicanismo va en el nervio del socialismo. El mismo socialismo como tradición política emancipatoria arranca en el siglo XIX como una modulación de la misma tradición republicana buscando que esas democracias que entonces se consolidaban fueran democracias también de trabajadores y trabajadoras, que las libertades que se iban ganando que llegasen a todos consiguiendo objetivos de igualdad.

Este es el núcleo de arranque de la tradición socialista. Por lo tanto, viniendo de esa tradición republicana, de un concepto de democracia participativa, de un concepto de ciudadanía fuerte. Y eso es lo que tenemos que seguir potenciando. Por eso cuando hablamos de republicanismo, no sólo de forma de Estado o de Jefatura de Estado, hablamos de democracia, de ciudadanía.

Que los socialistas nos definamos como republicanos no tiene que escandalizar a nadie, va de suyo. Ahora bien, en este contexto, cuando se produce la abdicación del Rey, se suscita el debate y ponemos en primer plano este componente. Es verdad que es un momento muy delicado y que hay procesos legislativos establecidos, pero creo que aquí surge ese debate que no debe hurtarse a la ciudadanía, hay que situar en nuestro horizonte político.

Hay cuestiones que obtuvieron determinadas respuestas y soluciones en la Transición, pero también es verdad que arrastran cierto déficit de legitimidad y que en algún momento hay que darle a la ciudadanía la oportunidad de pronunciarse sobre Monarquía o República. No es algo que deba hacerse de forma frívola, requiere debate parlamentario.

Y por eso insisto en que debe incluirse en una proceso constituyente con otros temas cruciales de nuestros Estado como la revisión del Art. 135, que fue una cuña neoliberal metida en nuestra Carta Magna en una reforma ‘exprés’.

¿Qué pensó cuando el PSOE dijo ‘sí’ en el Congreso a la ley de abdicación?

Creo que hay que subrayar dos cosas: una de ellas, es que tanto este asunto como el mismo proceso desencadenado a raíz de la derrota electoral y la declaración de Rubalcaba de que se retiraba, todo ello eran circunstancias que venían reclamando un Comité Federal. Como tantos otros, hemos echado de menos la celebración de un comité para hablar de estas cosas, tanto del proceso interno como para una decisión tan delicada como la abdicación.

No hacemos bien si lo dilatamos en el tiempo.

¿Qué pasaría de no cerrarse bien este congreso?

Confío en que el congreso va a salir bien, la voz se le va a dar a la militancia, es verdad que con un procedimiento que es consultivo, pero la premisa ‘un militante, un voto’, la apoyamos de todas, todas. Este congreso será un paso adelante en esa dirección en la que necesita reorientarse en PSOE. Si las cosas se hacen bien, estamos en disposición de ir recuperando esa confianza perdida, no votos, sino la confianza y con ello el entusiasmo.

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